Tras la búsqueda se han localizado 5 estudios (uno de ellos cualitativo), dos ensayos clínicos aleatorizados (ECA) y un sumario de evidencias (SE) de Uptodate, que evalúan la efectividad de la intervención multifamiliar (IF) con respecto al paciente con TMG y al propio familiar/cuidador. En general, la investigación encontrada señala que esta intervención provoca beneficios significativos, en cuanto a los síntomas del paciente, y aumento de los conocimiento y disminución de la angustia de los familiares. No obstante, uno de los estudios(4) concluye que el apoyo social familiar y el funcionamiento general del paciente no se modifican tras la IF.
Por otra parte, una pregunta incluida en el Banco de Preguntas del Preevid, a la que puede acceder al final de la página ("¿Existen evidencias que demuestren la relación entre IF en esquizofrenia y su mejoría clínica?"), señala que varias GPC recomiendan ofrecer la IF, como complemento de la medicación antipsicótica, a todas las familias de personas diagnosticadas de esquizofrenia/psicosis, que han tenido recientemente una recaída o están en riesgo de recaída, y cuando los síntomas son persistentes, tanto en formato unifamiliar como multifamiliar.
Un ECA compara los resultados de la psicoeducación en grupos multifamiliares,(1) de pacientes ambulatorios e internados con esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo, con los resultados de pacientes similares que recibieron atención estándar. Un total de 106 pacientes fueron asignados al azar para recibir tratamiento estándar o atención estándar más tratamiento de grupo múltiple durante dos años, en sesiones semanales diseñadas para educar a los pacientes y sus familiares acerca de las bases biológicas de la enfermedad mental y el tratamiento, mejorar la gestión de la enfermedad y las habilidades de afrontamiento y proporcionar apoyo social. Cada grupo multifamiliar incluía de cinco a ocho familias y sus pacientes. Durante el año posterior a la asignación aleatoria, el tratamiento en grupo múltiple se asoció con una menor tasa de hospitalización psiquiátrica que la atención estándar. Sólo se asoció ligeramente con un menor uso de los servicios de crisis, y no se asoció con la cantidad de tiempo de servicio ambulatorio. Los hallazgos sugieren que la implementación de un tratamiento multifamiliar en un entorno comunitario mejora los resultados de hospitalización sin aumentar el volumen general de servicios de salud mental para pacientes ambulatorios.
El otro ECA evalúa los efectos de una intervención multifamiliar sobre la angustia y los recursos psicosociales entre los cuidadores y/o familiares de personas con esquizofrenia.(2) Un total de 97 personas con esquizofrenia u otro trastorno psicótico y sus cuidadores fueron asignados aleatoriamente para recibir tratamiento en un grupo multifamiliar (N = 53) o atención ambulatoria psiquiátrica estándar (N = 44). Se utilizaron medidas fiables y válidas para evaluar la angustia de los cuidadores, los recursos de los cuidadores y el estado clínico de los pacientes. Los cuidadores que recibieron la intervención grupal multifamiliar experimentaron mayores reducciones de angustia, pero no hubo aumento en los recursos comparados con los cuidadores de los pacientes que recibieron cuidados psiquiátricos estándar.
Uno de los estudios evalúa un programa de educación en un grupo multifamiliar para las familias de personas con primer episodio psicótico (PEP).(3) Se comentan las necesidades educativas de las familias, pues estas juegan un papel importante en la promoción de la recuperación y la prevención de la recaída tras el PEP. Los resultados de esta evaluación muestran que el programa mejoró las percepciones de las familias acerca de su conocimiento general y comprensión de la enfermedad mental y su tratamiento. Los resultados de la evaluación demuestra la eficacia de estos grupos y sugieren que las mejoras significativas en el conocimiento percibido y la comprensión pueden ser experimentados por las familias y los pacientes como resultado de esta intervención. Además, este trabajo ha promovido el papel de la enfermera de salud mental en este tipo de programa, tanto en términos de entrega como de evaluación. Las enfermeras tienen la oportunidad de estar a la vanguardia de este tipo de intervención y deben ser alentadas a hacerlo.
Otro estudio evalúa la intervención multifamiliar de McFarlane,(4) y compara los resultados de este grupo con otro grupo, de características clínicas y sociodemográficas similares, que recibió el tratamiento convencional. La intervención se realizó a 7 pacientes y sus 8 cuidadores en una unidad de media estancia para mejorar el conocimiento sobre la esquizofrenia, la carga y el apoyo social de los cuidadores y para optimizar el funcionamiento de los pacientes. Se realiza una evaluación basal y otra post-intervención, observándose una mejoría del conocimiento de la enfermedad y de la carga de los familiares. El apoyo social familiar y el funcionamiento general del paciente no se modifica tras la IF. Las intervenciones familiares pueden tener beneficios significativos, incluso para familiares con pacientes esquizofrénicos de larga evolución, aunque lo ideal sería proporcionarlas lo más pronto posible desde el inicio de la enfermedad. La experiencia realizada anima a considerar que la intervención sistematizada y estructurada de McFarlane puede ser un instrumento efectivo, pero se deberían realizar ensayos clínicos bien diseñados para valorar su eficacia en nuestro entorno.
El tercer estudio evalúa la satisfacción de los cuidadores tras una intervención multifamiliar,(5) y verifica si la adquisición de conocimiento sobre la enfermedad y el tratamiento proporcionado por la IF fue considerada suficiente y comprensible. Sesenta y cinco miembros de la familia de 46 pacientes con primer episodio psicótico (PEP) respondieron a un cuestionario de satisfacción sobre la intervención. Respondieron al cuestionario 40 personas: 31 mujeres (77,5%) y nueve hombres (22,5%). La mayoría (82,5%) tenía contacto diario con el paciente y 19 (47,5%) eran madres. En cuanto a la adquisición de conocimientos, aproximadamente un tercio no mejoró su comprensión de la enfermedad. Sin embargo, el 90% de los participantes creyeron que las reuniones los ayudaron con su familiar enfermo y el 95% aprobó el formato multifamiliar. Los aspectos no específicos de la intervención fueron vistos como la parte más útil del programa.
El cuarto estudio evalúa la incorporación del Grupo de Psicoeducación Multifamiliar (MFPG, por sus siglas en inglés) a un Equipo de Tratamiento Asertivo Comunitario,(6) desarrollado para atender a pacientes culturalmente diversos y que sufren TMG. El bienestar de los miembros de la familia, la carga percibida y la aceptación de los pacientes fueron evaluados antes y después de la intervención. Se llevaron a cabo entrevistas de grupos focales con médicos para examinar cualitativamente los MFPG. La aceptación de los miembros de la familia aumentó después del MFPG. La asistencia regular se asoció con la reducción de la carga familiar percibida. La entrega cultural de MFPG mejoró la comprensión de los miembros de la familia de la enfermedad mental y redujo los niveles de estrés y sentimientos negativos hacia los clientes.
El estudio cualitativo explora las experiencias de los pacientes y familiares de una IF psicoeducativa (12 pacientes y 14 miembros de la familia).(7) Se identificaron seis temas que, tanto los pacientes como los familiares, experimentaron como importantes durante la intervención: alianza, apoyo, ansiedad y tensión, conocimiento y aprendizaje, tiempo y estructura. Reunirse con otras personas en la misma situación redujo los sentimientos de vergüenza y aumentó la esperanza para el futuro. Escuchar historias de la vida real fue experimentado como más importante para obtener nuevos conocimientos sobre la psicosis que las conferencias y talleres. Sin embargo, muchos pacientes experimentaron ansiedad y tensión durante las reuniones múltiples. El formato de grupo podría ser rígido para los pacientes inmediatamente después de un episodio psicótico y para aquellos que aún luchan con síntomas psicóticos agudos. Los conductores del grupo necesitan reconocer los niveles de ansiedad de los pacientes antes y durante la intervención y considerar las diferentes necesidades de los pacientes y familiares en cuanto a cuándo comienza la intervención, el formato del grupo y el nivel de síntomas psicóticos de los pacientes. Los hallazgos en el presente estudio pueden ayudar a adaptar el trabajo familiar para satisfacer mejor las necesidades tanto de los pacientes como de los miembros de la familia.
En cuanto al punto de vista de los pacientes y miembros de la familia sobre un enfoque de una sola familia frente a un enfoque multifamiliar, se señala como importante que conocer que hacer y qué esperar durante la intervención. Los participantes tenían diferentes razones para unirse a una intervención de una o varias familias
Los pacientes y sus familias experimentaron resultados importantes de una IF después de un PEP. Los conductores de grupo deben reconocer el nivel de ansiedad de los pacientes antes y durante la intervención y considerar las diferentes necesidades de los pacientes y miembros de la familia con respecto a cuándo comienzan las intervenciones, el formato del grupo y el nivel de síntomas psicóticos de los pacientes. Una evaluación de los hallazgos en el presente estudio ayudaría a adaptar las intervenciones familiares para satisfacer mejor las necesidades de los pacientes y miembros de la familia.
El SE de Uptodate sobre las intervenciones psicosociales en personas con esquizofrenia(8) indica que, normalmente se debería proporcionar IF para las personas con esquizofrenia, en sesiones mensuales, y que debería continuar durante seis a nueve meses. Pudiendo ser estas sesiones tanto para una familia individualmente o para grupos de familias. Las intervenciones familiares deberían ofrecerse además de las visitas individuales del paciente con los diferentes profesionales del equipo.