Se han encontrado diversos documentos que comparan la eficacia y efectos secundarios del haloperidol con diversos antipsicóticos atípicos (AA) (olanzapina, risperidona, quetiapina, ziprasidona, aripiprazol) en el tratamiento del síndrome confusional agudo en ancianos.
Una Revisión Sistemática (RS) (1) sobre el uso de antipsicóticos para el delirio como estado de confusión agudo, descrito como " trastorno global transitorio de la cognición y la atención", incluye estudios con pacientes hospitalizados adultos y compara la eficacia y la incidencia de los efectos adversos del haloperidol con la risperidona, la olanzapina y la quetiapina en el tratamiento del delirio. Indica que una revisión anterior (2) incluyó sólo pacientes geriátricos y comparó diversas modalidades de tratamiento del delirio, incluidos los antipsicóticos y las benzodiazepinas. Concluye que no existen pruebas de que el haloperidol en dosificación baja tenga diferente eficacia en comparación con los AA olanzapina y risperidona en el tratamiento del delirio, o de que tenga una frecuencia mayor de efectos adversos del fármaco que estos fármacos. El haloperidol de dosis alta se asoció con una incidencia mayor de efectos secundarios, principalmente parkinsonismo, que los antipsicóticos atípicos. El haloperidol de dosis baja puede ser eficaz para reducir el grado y la duración del delirio en los pacientes posoperatorios, en comparación con el placebo. Señala que las conclusiones se ven moderadas porque se basan en estudios pequeños y, por consiguiente, requerirán pruebas adicionales antes de que pudierann convertirse en recomendación específica para el tratamiento del delirio.
Un documento del Sistema Sanitario de Navarra (3) sobre la atención en urgencias al paciente con alteraciones de conciencia, entre las que incluye el síndrome confusional agudo, indica que el tratamiento clave de este síndrome es la corrección de la causa. “La sedación con fármacos en un primer momento va dirigida a poder practicar como mínimo una extracción sanguínea. Es muy posible que el paciente se niegue a tomar algo por vía oral, por lo que la asociación de haloperidol 2 mg y lorazepan 2 mg, por vía IM, repitiendo la dosis cada 4-6 horas, en ocasiones con sujeción mecánica, suele ser efectiva. Conforme se vaya logrando su colaboración se podrá administrar preferentemente una pauta de mantenimiento con neurolépticos atípicos, (risperidona, olanzapina, quetiapina) según se desprende de estudios recientes (4 y 5)”
Una revisión narrativa posterior(5) sobre el tratamiento con AA de personas mayores con delirio, señala que este ocurre con frecuencia en pacientes hospitalizados; entre el 10% al 40% de pacientes mayores hospitalizados. El patrón oro del tratamiento es tratar la causa subyacente del delirio y utilizar los antipsicóticos de la alta potencia, como haloperidol, para los complicaciones del comportamiento. La búsqueda de ensayos clínicos aleatorizados (ECA) dio como resultado que la Risperidona, es el AA más estudiado, siendo entre el 80% y el 85% eficaz al tratar los problemas de comportamiento del delirio. Los estudios sobre la olanzapina indicaron que era eficaz entre el 70% y el 76%. Se encontraron muy pocos usando quetiapina; también parece ser una alternativa a los antipsicóticos de alta potencia segura y eficaz. La frecuencia de reacciones adversas y efectos secundarios fueron mucho más bajos con el uso de AA. El haloperidol produjo un índice más alto (de un 10% a un 13%) de efectos secundarios extrapiramidales. Los autores de la revisión concluyen que los AA demuestran índices similares al haloperidol con respecto a la eficacia del tratamiento del delirio en pacientes mayores, con una tasa reducida de efectos secundarios extrapiramidales. Las pruebas de la eficacia son limitadas, puesto que no existen ensayos de doble ciego del placebo.
Una RS con metanálisis (6) mas actualizada, sobre la eficacia y seguridad de los AA para el manejo del delirio, indica que este es un síndrome muy común en pacientes hospitalizados, particularmente en ancianos. Mientras que el haloperidol ha sido a lo largo del tiempo el tratamiento preferido, ahora los AA son de uso mas frecuente, aunque su eficacia y seguridad siguen siendo confusas. Esta RS identifica estudios sobre el uso de la olanzapina, risperidona, quetiapina, ziprasidona,y aripiprazol para el manejo del delirio, para formular recomendaciones clínicas. Mientras que dos ensayos seleccionados al azar de olanzapina y un ensayo de risperidona encontró que estos fármacos eran tan eficaces como el haloperidol, los resultados estaban contaminados por diversos prejuicios. El único ensayo seleccionado al azar disponible de quetiapina utilizó amisulpride como control. Estos fármacos aparecen como razonablemente seguros e inducen a tener menos efectos secundarios extrapiramidales que el haloperidol. La risperidona y quetiapina provocaron hipotensión ocasional, y hubo un empeoramiento ocasional del delirio con olanzapina. La conclusión es que el haloperidol sigue siendo un tratamiento comprobado, particularmente en cuidados críticos; seguro y está disponible tanto en forma oral, intramuscular e intravenosa. Los antipsicóticos más nuevos pueden ser preferibles en cuanto evitan efectos secundarios neurológicos. Los datos sobre ziprasidona y aripiprazol son escasos; estos son muy probablemente inseguros dado su potencial inducción a la arritmia.