En la guía de práctica clínica (GPC) del ictus, incluida en GuiaSalud(1) no se menciona la presencia de un infarto cerebral silente como factor de riesgo de ictus recurrente.
En otra GPC canadiense(2) , de publicación más reciente, se comenta que las personas de edad avanzada con infartos cerebrales silentes y lesiones de sustancia blanca tienen un riesgo muy aumentado de accidente cerebrovascular, que no puede explicarse por la mayor presencia de factores de riesgo mayores de ictus.
En una revisión de Uptodate(3) se sugiere que en los infartos cerebrales silentes una historia más detallada puede identificar síntomas que revelen que la lesión no es realmente silente y que, además, estas lesiones parecen asociarse a déficits cognitivos. Por lo tanto, consideran más apropiado referirse a estas lesiones no reconocidas clínicamente, como infartos cerebrales encubiertos. Añade la revisión que los infartos encubiertos pueden tener importantes implicaciones pronósticas para el riesgo de ictus y deterioro cognitivo. Describen los resultados del Rotterdam Scan Study(4), un estudio de cohortes en el que se realizó el seguimiento de 1077 pacientes de edad avanzada y cuyos resultados mostraron que la presencia de un infarto cerebral silente aumentó el riesgo de ictus 3 veces, independientemente de la presencia de otros factores de riesgo de ictus (tasa de riesgo ajustado 3,9, IC 95%: 2,3 a 6,8). Los pacientes con más de un infarto silente presentaron mayor riesgo que aquellos con un único infarto. Los pacientes con más lesiones de la sustancia blanca también presentaron mayor riesgo de accidente cerebrovascular posterior.
En la revisión de DynaMed de los factores de riesgo del ictus(5) incluye la presencia de un ictus silente en una Resonancia Magnética Nuclear (RMN) entre los biomarcadores asociados con un incremento del riesgo de ictus ampliando que dicha lesión se asocia a un mayor riesgo de ictus. Los artículos referenciados en esta revisión son:
- otro estudio de cohortes(6) (N= 3324) que también concluyó que la presencia de una lesión isquémica silente en la RMN es un predictor independiente de riesgo de ictus sintomático en un seguimiento de más de 4 años en las personas de edad avanzada sin historia clínica de accidente cerebrovascular.
- una revisión sistemática(7) que comenta que los infartos silentes están asociados a déficits sutiles en la función física y cognitiva que suelen pasar desapercibidos y que su presencia duplica el riesgo de accidente cerebrovascular y demencia posterior. Plantea que son necesarios futuros estudios que muestren si la detección y el tratamiento de pacientes de alto riesgo puede reducir efectivamente el riesgo de más infartos, accidentes cerebrovasculares y demencia.
- un comentario de la revisión previa(8) y añade que, aunque la evidencia no es clara sobre qué hacer ante la presencia de un infartos silente, cuando se encuentra un único infarto cortical o múltiples infartos subcorticales, los factores de riesgo de accidente cerebrovascular (por ejemplo, la fibrilación auricular) deben ser evaluados y tratados apropiadamente.
Un estudio observacional prospectivo(9) recientemente publicado, analizó los factores de riesgo y realizó el seguimiento de 226 pacientes ingresados por un ictus o accidente isquémico transitorio sin historia previa de accidente cerebrovascular. El 20% de los pacientes presentó en el TAC o RMN infartos cerebrales silentes. Durante los 24 meses de período de seguimiento, la frecuencia de ictus recurrente fue mayor en los pacientes con lesiones silentes que en los que no las tenían, la tasa de mortalidad fue mayor en los pacientes sin infartos silentes respecto a los que los tenía. Concluye el trabajo que los pacientes con ictus e infartos silentes deben ser considerados de alto riesgo para accidente cerebrovascular recurrente.