Los importantes cambios sociodemográficos de nuestro entorno, junto al notable incremento de personas en situación de dependencia, ha determinado, en las últimas décadas, la necesidad cada vez mayor de organizar y coordinar los recursos sanitarios y sociales con la finalidad de proveer un cuidado integral y eficaz a un elevado número de personas que requieren cuidados y atención conjunta de ambos recursos. En este contexto se ha ido consolidando el concepto de coordinación sociosanitaria, cuyo significado hace referencia a la posibilidad de acceder a diferentes servicios y garantizar o facilitar la continuidad de cuidados entre ambos tipos de servicios. La coordinación sociosanitaria, por lo tanto, ha de servir de enlace entre los dos sistemas para determinar necesidades e integrar los recursos más apropiados que atiendan dichas necesidades, contemplando la planificación y concreción de protocolos comunes de intervención.
La Comunidad Autónoma de la Región de Murcia ha puesto en marcha en la actualidad un modelo de coordinación que permita responder a las necesidades sociosanitarias de las personas dependientes y, con un interés particular, a las de las personas mayores. Una de las líneas fundamentales para la consecución de dicho objetivo es la de introducir en el marco de la estructura organizativa de la Comunidad, un ámbito de confluencia de los servicios sanitarios y los servicios sociales que permita dotar de una respuesta integral y eficaz a aquellas personas que requieren de atención simultánea desde los dos ámbitos.
El objetivo fundamental que se persigue con este modelo colaborativo es el de estudiar, diagnosticar y tratar de forma coordinada y continuada, por un lado, las situaciones-problema y/o dificultades de las personas y familias (como ya hemos señalado, con una especial atención a las personas mayores) que se enfrentan a pérdidas severas de su salud y/o autonomía funcional física o psíquica y, por otra parte, garantizar y asegurar la equidad en la accesibilidad a los recursos sanitarios y sociales de todas las personas, proporcionándoles los niveles asistenciales más adecuados a sus procesos de enfermedad, rehabilitación y convalecencia.
El modelo propuesto implica la coordinación de los diferentes niveles asistenciales sociales y sanitarios estableciendo un circuito que permita a todas las personas en situación de dependencia y/o con perfil Sociosanitario, recibir una atención de calidad, en un entrono en el que se prioricen sus necesidades personales, familiares y sociales y promocionando, como objetivo fundamental, la mejora de la calidad de vida y la autonomía.