Una Guía de Práctica Clínica (GPC) 1 de NICE (National Institute for Clinical Excellence) sobre el manejo físico y psicológico a corto plazo y prevención secundaria de pacientes que se han infringido autolesiones (sin especificar patologías) en ámbitos de cuidados primario y secundario. Con respecto a pacientes que tienen riesgo o se han producido autolesiones, se señala la GPC que:
- El personal de la ambulancia debe establecer de forma urgente el probable riesgo físico y el estado emocional y mental de la persona en una atmósfera de respecto y de entendimiento y tiene un papel cada vez más importante en la evaluación y el tratamiento temprano del paciente que se ha auto agredido, un papel que necesita ser apoyado de forma eficaz por el resto de los profesionales sanitarios.
- Los servicios de ambulancia deben tener acceso rápido a una base de datos sobre información de tóxicos en caso de envenenamiento para un tratamiento rápido, así como deben recoger todas las sustancias y/o medicaciones encontradas en el lugar donde han recogido al paciente.
- Cuando el paciente rechaza el tratamiento, se debe tener suficiente capacidad mental y proporcionar al paciente información sobre las consecuencias potenciales de no recibir el tratamiento y así procurar el consentimiento (sea adultos, jóvenes o niños).
- En los casos de que el paciente no requiera tratamiento urgente, se debe considerar, teniendo en cuenta las preferencias del usuario de servicio, llevarle a un servicio apropiado alternativo, si existe a una distancia razonable, tal como un servicio especializado de salud mental (la decisión se debe tomar en común entre el personal de la ambulancia, el usuario del servicio y el servicio de recepción correspondiente).
- Los departamentos de ambulancias, de salud mental y de urgencias deben trabajar en colaboración para acordar protocolos apropiados que disminuyan los riesgos al usuario.
- A menos que la condición clínica del usuario de servicio lo requiera, el tratamiento urgente no debe ser retrasado, el personal de la ambulancia debe registrar la información relevante sobre la ambiente familiar del usuario, la red social y familiar y la historia que conduce a la autolesión, así como el estado emocional inicial y el nivel de la señal de socorro (esta información se debe pasar al personal de urgencias); si no se encontraban presentes parientes, amigos, cuidadores, etc. se debe intentar obtener información para informarles de la situación del paciente.
- Atención primaria, conjuntamente con los servicios de urgencias y salud mental, debe considerar el nivel de ayuda necesaria para que el paciente autolesionado reciba un adecuado cuidado antes de que llegue al hospital (incluyendo consejo a través del teléfono al personal de la ambulancia por parte del equipo de resolución en crisis, trabajadores sociales y especialistas con respecto a una evaluación urgente de la capacidad mental del paciente).
- El departamento de ambulancia debe revisar rutinariamente sus actuaciones para asegurarse de que los intervenciones se están realizando con eficacia y para supervisar incidentes adversos.
- El bienestar del usuario durante el trasporte debe tener la consideración de que, si es necesario, debería ser supervisada por personal apropiado cuando hay un riesgo de nuevo intento de autolesión o reticencia a ir a un centro hospitalario.
Una revisión literaria 2 sobre movilidad y seguridad de pacientes con demencia, indica que esto puede suponer un riesgo para el personal sanitario por lo que se requiere evaluar de forma cuidadosa el riesgo para reducir al mínimo la probabilidad de daños. Las personas con demencia pueden ser particularmente desafiadoras, la inmovilidad puede tener otras causas además de la simple falta de cooperación.
Un protocolo 3 para el traslado entre hospitales, de pacientes y de sus expedientes, señala la importancia de proporcionar al hospital receptor la siguiente información: resumen clínico, resultados de las pruebas diagnósticas, identificación de cualquier riesgo como consecuencia del desorden mental, incluyendo los riesgos relacionados con género, edad o vulnerabilidad del paciente. Si el traslado es entre hospital psiquiátrico y otro general entonces es apropiado enviar las notas psiquiátricas y las medicinas. Siempre que sea posible, la información se debe confirmar verbalmente con el paciente. También recomienda que enfermería debe solicitar el trasporte asegurando una ambulancia adecuada para el trasporte y proporcionando la información mas relevante (el personal no debe trasladar pacientes o sus expedientes usando sus propios coches a menos que haya circunstancias muy excepcionales); de la misma forma se debe preparar al paciente para el traslado.
Una Guía 4 de salud mental sobre evaluación y tratamiento, indica con respecto a los traslados que durante estos puede ser conveniente evaluar si administrar un sedante al paciente y si debe ser acompañado en la ambulancia por el médico o un profesional de salud convenientemente cualificado, generalmente personal de enfermería, pues puede ser probable que durante el traslado requiera otra administración. Si el paciente ha recibido clonacepam, el profesional que le acompaña debe tener flumacenil disponible para tratar la depresión respiratoria potencial. Si le han administrado al paciente un neuroléptico, se debe tener acceso a benzatropina para las reacciones extrapiramidales agudas. También deben tener en cuenta a la hora del traslado la violencia potencial o real del paciente; el tipo de vehículo disponible; el personal disponible; la distancia del viaje; antes de usar la fuerza, tener en cuenta los deseos del paciente y de sus cuidadores. Se debe dedicar un gran esfuerzo para reducir el riesgo de violencia antes de transportar al paciente.
Un protocolo 5 realizado y editado por el Servicio Murciano de Salud y Secretaría Autonómica de Atención al Ciudadano Ordenación Sanitaria y Drogodependencias de la Consejería de Sanidad de la Región de Murcia, sobre coordinación de actuaciones para los traslados e ingresos de personas que padecen enfermedad mental, destaca entre otros temas que en cuanto a los ingresos involuntarios urgentes "En todos los casos cuando la persona con enfermedad mental abandone su domicilio lo hará con la ayuda del personal sanitario y habiéndose adoptado las medidas de contención tanto físicas como farmacológicas dentro del domicilio. La intervención de las Fuerzas y cuerpos de Seguridad irá dirigida a obtener la protección del paciente y terceras personas." Además señala que "Siempre se utilizará para su traslado, previa activación por el 112, el medio de transporte sanitario que sea adecuado y proporcional a la situación del paciente."