Todas las Guías de Práctica Clínica revisadas(1,2,3,4,5), recomiendan la asociación de dos antidepresivos cuando no hay mejoría tras uno o dos ensayos terapéuticos con un antidepresivo a las dosis máximas toleradas. Esta recomendación esta basada en estudios de series de casos y en opiniones de expertos. Antes de realizar esta prescripción indican la necesidad de evaluar el cumplimiento terapéutico, revisar el diagnóstico y valorar, entre otras opciones de tratamiento, la de añadir otro antidepresivo. Ninguna guía recomienda esta asociación como tratamiento inicial de un síndrome depresivo; aunque la sintomatología sea severa.
El primer ensayo clínico controlado randomizado para evaluar esta opción terapeútica ha sido publicado en marzo del 2006 (6). Un total de 556 pacientes ambulatorios, de diferentes centros, diagnosticados de un síndrome depresivo mayor y en los que no habían remitido los síntomas a pesar de tratamiento con citalopram durante 3 meses, fueron asignados aleatoriamente para ser tratados añadiendo bupropion (a dosis progresivas con un máximo de 400 mg por día) o buspirona (hasta 60 mg por día). Se alcanzó la remisión de los síntomas, a las 12 semanas de iniciado el ensayo, en el 30% de los pacientes en ambos grupos; aunque los que recibieron bupropion presentaron una tasa de abandono menor por intolerancia y alcanzaron mejores resultados en la puntuación de una escala para medir síntomas de depresión. A destacar de este ensayo que no había una rama de placebo para comparar resultados de las dos intervenciones y que, salvo los investigadores que pasaban la escala de evaluación, no fue realizado a ciegas.