La Guía de Práctica Clínica para la prevención de las neumonías relacionadas con los cuidados de salud de los "Centres for Disease Control and Prevention" (CDC)(1), realizada en el 2003, contiene una sección con recomendaciones para la prevención de la aspiración gástrica. En ella se indican una serie de recomendaciones en pacientes con intubación endotraqueal, como medidas posturales, procurar la reducción del período de ventilación mecánica o la aspiración de secreciones infraglóticas. Sobre el empleo de sucralfato, antagonistas de los receptores de Histamina-2 (AH2) y/o antiácidos para la profilaxis del sangrado por estrés, y con el objetivo de prevenir la colonización gástrica en pacientes que reciben ventilación mecánica asistida, afirma que no puede realizarse una recomendación concreta (la clasifica como investigación no resuelta).
Una Guía de la Asociación Americana de Anestesiología, publicada en 1999 (2), tras revisar la evidencia, concluye que es clara la eficacia de los AH2 (cimetidina, famotidina o ranitidina) para reducir la acidez y el volumen de los jugos gástricos durante el período perioperatorio y también sugiere que los inhibidores de la bomba de protones (IBP) son efectivos para estos mismos objetivos. Sin embargo afirma que no se ha estudiado, suficientemente en humanos, la relación entre reducción de volumen y acidez gástrica y la frecuencia de aspiración pulmonar. No hay suficiente evidencia publicada para evaluar si la reducción de la secreción gástrica está asociada a una disminución de la morbilidad y la mortalidad en pacientes que aspiran el contenido gástrico. No recomienda el empleo rutinario preoperatorio de medicación que bloquea la secreción gástrica para reducir el riesgo de aspiración pulmonar en pacientes que aparentemente no presentan un riesgo aumentado para dicha aspiración.
Una revisión de la evidencia publicada en el 2004 en un libro sobre práctica basada en la evidencia de anestesiología y que trata de contestar a la pregunta ¿Qué puede reducir el riesgo de aspiración? (3), tras revisar los ensayos clínicos controlados y guías de práctica clínica publicados, concluye que no hay evidencia convincente para recomendar la administración de un IBP en vez de (o junto con) un AH2 para reducir la secreción gástrica. Dada la frecuencia de las aspiraciones, los resultados finales (end point) de los ensayos realizados con fármacos recogen normalmente características en los fluidos gástricos más que resultados clínicos significativos. No hay evidencia de ensayos controlados, o de estudios casos control, o de serie de casos en los que se demuestre una relación entre las características de los fluidos gástricos con un riesgo incrementado de aspiración pulmonar. Los estudios controlados han demostrado que una dosis única preoperatorio de ranitidina es al menos tan efectiva para modificar el contenido gástrico que dos dosis de omeprazol, lansoprazol o rabeprazol.
Posterior a la fecha de búsqueda de esta revisión, se han identificado tres ensayos clínicos controlados en los que se confirma la eficacia similar para los AH2 que para los IBP en modificar la cantidad y ph del jugo gástrico(4,5,6). Un pequeño ensayo con 42 pacientes que estaban tomando AH2, al menos durante 4 semanas previamente a la cirugía, (7) muestra mayor efectividad del tratamiento con IBP (20 mg de rabeprazol) que con AH2 (75 mg de roxatidina); siempre para esos resultados intermedios: volumen y acidez del líquido gástrico.