Según un protocolo (1) de cuidados respiratorios postoperatorios del departamento de Anestesia, Reanimación y Terapéutica del Dolor de la Ciudad Sanitaria Universitaria de Bellvitge, las secreciones húmedas son más fáciles de movilizar. La función ciliar se halla deprimida en contacto con gas seco y/o se obvia la vía aérea superior por intubación orotraqueal o traqueotomía. Por ello, la humidificación de los gases terapéuticos es obligada en período postoperatorio y es imprescindible para conseguir los máximos beneficios de la Fisioterapia respiratoria. Pueden administrarse fármacos para facilitar la eliminación de secreciones, aumentar el calibre de las vías aéreas o apoyar el mecanismo de expulsión de los cilios. Su uso debe ir complementado por otras medidas que faciliten la eliminación de secreciones. Entre ellas el autor nombra el agua y soluciones electrolíticas: que son importantes para mantener las secreciones húmedas. El suero fisiológico (SSF) en solución oral o 1/2 normal, o la solución de bicarbonato al 3%, son líquidos utilizados habitualmente como aerosoles suaves cada 4-8 horas.
Una Guía de Práctica Clínica (GPC) (2) sobre cuidados a pacientes con lesión de médular, para la prevención y tratamiento de la atelectasia y de la pulmonía, recomienda como prevención la intubación (si hay una falta respiratoria insuperable, aspiración demostrable, o alto riesgo de aspiración con compromiso respiratorio) y aconseja para despejar la vía aérea de secreciones una frecuente aspiración de secreciones. Dice la GPC que como parte del tratamiento se requiere la reexpansion del tejido pulmonar afectado y para conseguir esto incluye, entre otros varios métodos (fisioterapia, Colocación del paciente en la posición supina o de Trendelenburg, etc), la broncoscopia con lavado bronquial. Pero la GPC no especifica si se debe hacer con suero fisiológico a través del TOT
Una Revisión literaria (3) señala que la instilación salina normal, en conjunción con la succión endotraqueal, pretende ser beneficiosa para eliminar las secreciones gruesas y persistentes de los pacientes que reciben ventilación mecánica. La eficacia de este procedimiento rutinario no está basada en la evidencia de la investigación, por lo que las pautas son inconsistentes. Estos documentos ponen de relieve que el procedimiento no produce ninguna ventaja fisiológica para el paciente y, de hecho, puede tener efectos perjudiciales en su bienestar psicológico. El autor propone que después de 25 años de práctica inconsistente en intentar quitar las secreciones gruesas y tenaces, es hora de centrarse en técnicas de prevención de estas secreciones.
Un ensayo (4) con 9 pacientes con ventilación mecánica compara dos métodos para humectar las secreciones y así ablandarlas antes de succionarlas. Un método rutinario, mediante la instilación de solución salina en el tubo endotracheal. El otro método mediante la nebulización de una solución salina. Comparado con la instilación directa, la nebulización de la solución se distribuye más uniformemente en los pulmones. Con este último método la distribución está menos influenciada por la gravitación, por lo que alcanza la periferia del pulmón en mayor grado. Los autores concluyen en que el uso de aerosol con características específicas del tamaño, puede optimizar la distribución del líquido en la zona respiratoria y alcanzar una humectación más homogénea y que instilación directa de salino no se debe utilizar con la ventilación mecánica.
Una Revisión Sistemática (5) (RS) de Evidence-Based Nursing sobre los métodos o técnicas que optimizan las ventajas y reducen las complicaciones en la succión de las vías aéreas de pacientes intubados, no intubados, o traqueotomizados, concluye que hay escasa evidencia con respecto a varios aspectos en la succión, por ejemplo la instilación de suero salino normal que se utiliza para fluidificar secreciones, para lubricar el catéter de la succión, y para estimular la expectoración. Ya que, frente a solo succión, la instilación salina normal puede también causar una disminución de la saturación de oxígeno y desplazar más bacterias en los tubos endo-traqueales. La RS destaca la falta de evidencia científica que apoye la instilación salina.