Una Guía de Práctica Clínica, del grupo de trabajo de la Sociedad Americana de Ecocardiogafía, del Colegio Americanos de Cardiología y la Asociación Americana de Corazón, actualizada en el 2003 (1), ha revisado y clasificado, según la fuerza de la evidencia, las indicaciones de hacer una ecocardiografía cardíaca.
Tras revisar la evidencia publicada, comenta que en la reevaluación de un tratamiento con antraciclinas, es importante la monitorización de la fracción de eyección, ya que el incremento de dosis parece segura si la fracción de eyección permanece dentro de un rango normal y contrariamente, puede ser peligroso el incremento de dosis si la fracción de eyección es anormalmente baja.
La Guía concluye que el empleo de la ecocardiografía para monitorizar pacientes expuestos a antraciclinas y poder determinar así la conveniencia o no, de la continuidad del tratamiento y/o de un incremento de las dosis se puede considerar como de Clase I (La clase I supone que hay una evidencia clara y/o un acuerdo general de que el procedimiento es útil y efectivo).