El Manual de Vacunaciones publicado por la Consejería de Sanidad en 1993 (1) sobre la desinfección de la piel señala que es aconsejable utilizar como desinfectante armil (vacunando una vez se haya secado la piel), en vez de alcohol, ya que este último puede inactivar algunas vacunas.
Una Guía de práctica Clínica inglesa sobre la práctica de la vacunación (2) resume que: Si la piel ha de ser limpiada, el alcohol y otros desinfectantes pueden ser utilizados, debiendo esperar a que la piel se seque antes de administrar la vacuna ya que puede inactivar preparaciones de vacunas vivas.
Otra Guía del año 2001 (3)aconseja que la limpieza de la piel no es habitualmente necesaria en los pacientes “socialmente limpios.” El agua y jabón son adecuados cuando se precisa una limpieza de la piel. Si se emplea un algodón con alcohol, debe haberse secado la piel antes de administrar la vacuna (esto es esencial para vacunas vivas que pueden ser inactivados por el alcohol).
Ante una pregunta similar en la página web de Preguntas al experto de la Asociación Española de Vacunología (AEV) , la respuesta fue que el uso de alcohol para la limpieza de la piel previa a la inyección de una vacuna ha sido a menudo desaconsejado cuando deban administrarse vacunas de virus vivos atenuados, por la posibilidad de que las inactiven. Esta posible inactivación, de todos modos, no tiene porque producirse si, antes de la inyección vacunal, se deja secar la superficie cutánea, espontáneamente o limpiándola con una gasa...[Ver respuesta en la página de la AEV]
Un documento publicado por el Departamento de Salud de Reino Unido y actualizado en el 2006,(4) sobre la limpieza y desinfección de la piel previa a la vacunación, expone que: Si la piel está limpia, no es necesario realizar más limpiezas adicionales. Solo una suciedad visible en la piel precisa ser limpiada con agua y jabón. No es necesario desinfectar la piel. Hay estudios que han demostrado que la limpieza de la piel con alcohol reduce el recuento de bacterias, pero hay evidencia de que los desinfectantes no provocan una diferencia en la incidencia de las complicaciones bacterianas de las inyecciones.