Evidencia Clínica en la revisión del tratamiento de la diabetes realizada diciembre de 2004,(1) sitúa la educación sanitaria como beneficiosa en la diabetes tipo 1 y probablemente beneficiosa en la diabetes tipo 2.
En la diabetes tipo 1 resume:"Una revisión sistemática (RS) al comparar las diferentes intervenciones educativas o psicosociales con el tratamiento habitual demostraron, en adolescentes con diabetes tipo 1, una pequeña mejora en calidad de vida y en las cifras de Hemoglobina Glicosilada. Sin embargo la mayoría de los ensayos clínicos fueron estudios pequeños y muchos de los resultados medidos no están validados o estandarizados. No se localizó ninguna RS ni Ensayos Clínico que comparara diferentes tipos de educación".
Para la diabetes tipo 2 concluye: "se encontró alguna evidencia de que los programas educativos intensivos comparados con los cuidados convencionales reducen la HbA1c en el corto plazo (< 24 meses). No se encontraron estudios de buena calidad de intervenciones educativas que informaran sobre la calidad de vida por medio de medidas de resultado validadas. La educación en grupo parece ser más efectiva que los cuidados convencionales y tan efectiva como los programas educativos individuales. Aparte de esto, no hay evidencia suficiente para identificar programas educativos específicos o enfoques de igual efectividad. No se han identificado efectos dañinos de la educación intensiva".
Una Revisión Sistemática de la Librería Cochrane sobre efectividad de la educación en grupos en diabéticos tipo 2, ha sido publicada en el 2005(2). En ella se incluyeron 14 publicaciones de 11 estudios con 1532 participantes, llegando a las siguientes conclusiones:"El entrenamiento grupal de estrategias de autocuidado en personas con diabetes tipo 2 es efectivo para mejorar los niveles de glucemia en ayunas, la hemoglobina glucosilada y el conocimiento sobre diabetes, y reducir los niveles de la presión arterial sistólica, el peso corporal y la necesidad de medicación para la diabetes".
Al analizar por subgrupos "ninguna de las publicaciones había diferenciado entre hombres y mujeres al presentar los datos de resultados y, por consiguiente, no se pudo realizar un análisis de subgrupos por sexo.". Tampoco ofrece datos para características como raza, nivel cultural o edad.
Una Guía de Práctica Clínica , sobre educación al paciente con diabetes (3), tras revisar la bibliografía, concluye que "actualmente hay insuficiente evidencia para recomendar un tipo específico de educación o recomendar la frecuencia o el lugar donde realizar las sesiones. Sin embargo, para alcanzar el máximo de efectividad, algunos principios de buena práctica son claros: las sesiones deben ser accesibles a un rango amplio de personas, teniendo en cuenta la cultura, raza, discapacidad y lugar del domicilio. Los programas educativos deben abordar las necesidades de un amplio rango de personas con diabetes.
La Guía recomienda que:
- A los pacientes diagnosticados recientemente de diabetes se les debe ofrecer una educación estructurada con las siguientes características:
- Sea impartida por un equipo entrenado multidisciplinar.
- Impartida a grupos de pacientes diagnosticados de diabetes; a menos que el trabajo en grupo se considere como no indicado para una persona en concreto.
- Realizada en un lugar accesible para las personas que deseen participar.
- A las personas diagnosticadas con diabetes, periódicamente, se les debe evaluar formalmente para identificar sus necesidades de educación para el manejo de su diabetes y, posteriormente, se les debe ofrecer una educación que cubra estas necesidades.
Esta Guía de NICE, como necesidades futuras de investigación destaca que "debe realizarse una evaluación cualitativa de la intervención educativa en sí misma, e investigar para identificar las características de la educación que sean más importantes en cada etapa de la enfermedad; así como en la mejor estrategia según las diferentes necesidades sociales y culturales. Tal investigación es compleja y puede precisar la colaboración entre diferentes disciplinas".