[En el test de Allen y test de Allen modificado (en el texto de esta pregunta nos referiremos a ambos como TA) se comprimen con los dedos las arterias cubital y radial a nivel de la muñeca y se comprueba la vascularización (cambio de coloración de la piel de la palma de la mano) al quitar la presión sobre la arteria cubital y la radial de forma intermitente(1). Un TA positivo detectaría problemas de isquemia arterial o defecto en la circulación colateral de la mano].
En una pregunta similar publicada anteriormente en el Banco de Preevid(2), se concluyó que “los estudios realizados muestran que el TA podría ser un buen método de cribado y, que con un resultado negativo (buena circulación) sería segura la intervención o canalización de la arteria radial; pero que ante un resultado positivo sería necesario confirmarlo con otras pruebas. No está suficientemente estudiado el punto de corte ideal, ni la fiabilidad de la prueba en pacientes en situación crítica, sin que se pueda recomendar su utilización como un estándar en la práctica clínica".
Se ha procedido a actualizar la evidencia científica y se ha encontrado escasa información. Se sigue observando controversia ante el uso de esta prueba ya que, en base a los estudios de mayor calidad, el TA no presenta una adecuada validez diagnóstica como prueba de cribado de déficits de la circulación colateral de la mano, ni resulta un buen predictor de isquemia de la mano tras una punción arterial por lo que no existen evidencias que sustenten su realización sistemática previa a una punción arterial. No obstante hay estudios que refieren que el TA tiene un alto valor predictivo negativo.
El sumario de evidencia (SE) de Uptodate acerca del cateterismo intraarterial para monitorización invasiva(3), explica que aunque con frecuencia se emplea una exploración física que incluye el TA, es conocida la variabilidad interobservador significativa que tiene y la prueba carece de precisión predictiva para la isquemia de la mano. Los autores indican que el mejor método para evaluar la permeabilidad de la arteria radial y la competencia colateral es la ecografía Doppler color, aunque reconocen que no siempre está disponible.
Se ha encontrado una única revisión sistemática (RS) y metanálisis, con el objetivo de evaluar la validez y fiabilidad del TA(4) como prueba de cribado para déficits en la circulación colateral palmar y como predictor de isquemia distal de la mano. Los autores elaboraron protocolos de búsqueda para localizar estudios que comparasen el TA con la ecografía Doppler, realizados para detectar déficits de la circulación colateral de la mano, que evaluasen la incidencia de eventos isquémicos cuando la punción se realizaba ante un TA anormal y que estudiasen la concordancia interobservador del TA. En total, 14 artículos cumplieron los criterios de inclusión; nueve estudios evaluaron la validez del test como prueba de cribado para déficits de circulación colateral. En base a 3 estudios de metodología análoga, se observó una sensibilidad y especificidad del TA del 77% y 93%, respectivamente. Cuatro estudios que valoraban la capacidad del test para predecir isquemia no objetivaron ningún evento isquémico de la mano tras punción arterial cuando el TA era anormal. Un único estudio evaluó la fiabilidad del test, determinando una concordancia interobservador del 71,5%. Según los autores, tras esta RS se podría concluir que el TA no presenta una adecuada validez diagnóstica como prueba de cribado de déficits de la circulación colateral de la mano, ni resulta un buen predictor de isquemia de la mano tras una punción arterial. Además, presenta una limitada fiabilidad, por lo que no existen evidencias que sustenten su realización sistemática previa a una punción arterial.
Los autores de una revisión narrativa publicada en 2021, acerca de la relevancia de la prueba de circulación colateral de la mano(5), manifiestan que a pesar de los diferentes estudios que cuestionan la validez de la evaluación de la circulación colateral, el TA se sigue utilizando para descartar el abordaje radial. Refieren que no existe una estandarización en la literatura sobre su consideración como prueba anormal, y no se ha investigado en estudios previos la relevancia de que una prueba anormal se traduzca en un resultado clínico alterado. Asimismo concluyen que tras revisar el tema exhaustivamente, el TA debería abandonarse como herramienta de triaje para procedimientos de la arteria radial, como punciones arteriales, monitorización arterial y procedimientos vasculares transradiales.
En cambio, en un estudio observacional descriptivo, publicado en 2020, sobre la evaluación de TA en población india sana(6), concluyeron sus autores que el TA es una prueba sencilla, de eficacia comprobada y no invasiva para evaluar la circulación colateral de la mano. Para ellos, un TA negativo permitiría seleccionar con seguridad a los pacientes para la extracción en la arteria radial; sin embargo, si la prueba es positiva, sobre todo en pacientes de mayor edad, podría ser necesaria una segunda prueba objetiva.
Se estudiaron 900 sujetos divididos en dos grupos de edad: el grupo I incluyó participantes con edad <50 años y el grupo II, participantes con edad ≥ 50 años. Se realizó el TA a todos los participantes y se compararon los resultados entre ambos grupos. En el grupo I (n = 450, 900 manos), 313 eran hombres y 137 mujeres, con una edad media de 35,04 años. Los porcentajes relativos de TA normal, dudoso, limítrofe y anormal fueron del 77,8 %, 16,6 %, 3,7 % y 1,6 %, respectivamente. En el grupo II (n = 450, 900 manos), 248 eran hombres y 202 mujeres, con una edad media de 60,4 años. Los porcentajes relativos de TA normal, dudoso, limítrofe y anormal fueron del 69,0 %, 18,6 %, 6,60 % y 5,66 %, respectivamente. Una prueba positiva/anormal fue significativamente más frecuente en el grupo de mayor edad (5,66 % frente a 1,66 %, p < 0,00001).