La información contenida en los documentos consultados, sugieren que el antiséptico de elección en cirugía ginecológica vía vaginal, es el gluconato de clorhexidina al 4%.
El sumario de evidencia (SE) de upTodate(1) afirma que para la preparación vaginal, previa a la cirugía ginecológica, es aceptable el uso de la povidona yodada (PY) o gluconato de clorhexidina (CHX) con una concentración baja (4%) de alcohol isopropílico, ya que ambos reducen significativamente las tasas de morbilidad infecciosa postoperatoria. Sin embargo añade que, si bien la PY se usa comúnmente en los Estados Unidos para la preparación vaginal, la CHX se usa de forma preferente en otros lugares porque puede proporcionar una mayor reducción de la flora cutánea que la PY y no se inactiva en presencia de sangre.
En una guía de práctica clínica (GPC)(2) de la estrategia "Enhanced Recovery After Surgery", realizada por la “American Association of Gynecologic Laparoscopists”, se indica que existe consenso en cuanto a que se debería utilizar una solución de CHX al 4% para la preparación vaginal en cirugía ginecológica mínimamente invasiva, con el objetivo de reducir el riesgo de infección del sitio quirúrgico. La solidez de esta recomendación se basa en evidencia de nivel moderado.
En cambio, en la GPC(3) del "American College of Obstetricians and Gynecologists", publicada con anterioridad, se indica que se debería realizar una limpieza vaginal con CHX al 4% o PY , indistintamente, antes de la histerectomía o la cirugía vaginal.
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El primero de ellos(4) tuvo como objetivo comparar la efectividad de ambos productos en la prevención de la infección del tracto urinario, la más común asociada a la cirugía ginecológica. Como medida de resultado primario se evaluó la infección sintomática del tracto urinario en las 2 semanas posteriores a la cirugía y los resultado secundarios evaluados incluyeron infección del tracto urinario comprobada por cultivo (2 y 6 semanas después de la cirugía), infecciones sintomáticas del tracto urinario a las 6 semanas después de la cirugía, cualquier infección del sitio quirúrgico a las 2 semanas después de la cirugía e irritación vaginal informada por la paciente después de la cirugía. Se requirieron 58 participantes por brazo para demostrar la no inferioridad de la CHX frente a la PY (margen de riesgo relativo (RR) de <1,5 para el límite superior del intervalo de confianza (IC) del 95%) entre los grupos para el resultado primario. Un total de 119 participantes (61 en el grupo de CHX y 58 en el grupo de PY) completaron el resultado primario y fueron incluidos en los análisis. No hubo diferencias en las características demográficas, el historial médico, las operaciones realizadas o los factores perioperatorios de los grupos. La CHX no fue inferior a la PY en cuanto al resultado primario, infección sintomática del tracto urinario 2 semanas después de la cirugía [10% frente a 17%; RR= 0,6; IC del 95% (-∞, 1,3)]. Además, la CHX no fue inferior a la PY en ciertos resultados secundarios: infección del tracto urinario comprobada por cultivo a las 2 y 6 semanas después de la cirugía e infección sintomática del tracto urinario a las 6 semanas después de la cirugía. Los grupos fueron similares en términos de infección del sitio quirúrgico (en general 3/119 [2,5%]) y presencia de irritación vaginal (4/54 [7,4%], para ambos grupos). Para los autores, según los datos de este estudio la CHX no fue inferior a la PY para la antisepsia vaginal antes de la cirugía uroginecológica frente a la infección del tracto urinario.
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El segundo ECA(5) fue realizado para determinar la diferencia en el crecimiento microbiano de la vagina y el manipulador uterino entre pacientes sometidas a histerectomía laparoscópica después de la aleatorización a una de tres soluciones de preparación vaginal: PY al 10%, CHX al 2% o CHX al 4%. Se asignaron al azar cincuenta mujeres a cada grupo. Se recogieron cultivos de la vagina después de la preparación inicial, antes de la colpotomía y también de la superficie del manipulador uterino. El recuento bacteriano de los cultivos basales del fondo de saco vaginal y del canal cervical no difirió significativamente entre los tres grupos. Hubo una diferencia en el recuento bacteriano entre los segundos cultivos del canal cervical/fondo de saco vaginal (p < 0,01), y el grupo de PY demostró el mayor nivel de crecimiento de los cultivos (93,8 %), seguido de CHX al 2 % (47,4 %) y CHX al 4% (20%). No hubo diferencias en el crecimiento en el mango del manipulador uterino y no se encontraron diferencias en el picor o ardor vaginal en los tres brazos después de la operación. Según este estudio la CHX al 4% es superior para reducir el crecimiento bacteriano vaginal en la histerectomía laparoscópica.
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En el tercer ECA(6) 85 mujeres, sometidas a histerectomía total por vía vaginal laparoscópica fueron asignadas al azar a una solución de CHX al 4% o de PY al 10% para la preparación vaginal prequirúrgica. La medida de resultado fueron los recuentos bacterianos vaginales. Se recogieron hisopos de la mucosa vaginal antes, 30, 60 y 90 minutos después de la preparación. El resultado primario fue el número de cultivos positivos (≥ 5.000 bacterias) a los 90 minutos. Los resultados secundarios incluyeron la presencia de patógenos seleccionados, complicaciones postoperatorias e infecciones. Los recuentos bacterianos iniciales fueron similares en ambos grupos. La CHX demostró un porcentaje menor de cultivos positivos a los 90 minutos (47,6% frente a 85,4%; odds ratio (OR) 10,6; P = 0,001). Además, la mediana del recuento bacteriano en el grupo de CHX fue significativamente menor que en el grupo de PY (3.000 frente a 24.000 unidades formadoras de colonias, P <0,001) a los 90 minutos. No se identificaron infecciones del sitio quirúrgico en ninguno de los grupos durante el período posoperatorio de 30 días y no se informaron reacciones adversas a ninguna de las soluciones. Los autores concluyen que los cirujanos ginecológicos pueden considerar cambiar a CHX al 4% para la preparación vaginal antes de la histerectomía.