[Para la elaboración de esta respuesta nos hemos centrado en los sistemas electrónicos sin nicotina (SESN), también denominados ENND, por sus siglas en inglés. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elaborado un documento de preguntas frecuentes sobre el uso de cigarrillos electrónicos y dispositivos para vapear (1) en el que se incluyen los SESN. Estos sistemas calientan un líquido para crear aerosoles que son inhalados por el usuario (vapeo). Los llamados líquidos electrónicos suelen contener aditivos saborizantes (como regaliz, algodón de azúcar o frutas tropicales), productos químicos (propilenglicol y glicerina vegetal) y cannabinoides (p. ej., tetrahidrocannabinol -THC-, cannabidiol -CBD-), que pueden ser tóxicos para la salud de las personas. En este mismo documento se alerta sobre el hecho de que la industria utiliza diseños atractivos, incluso infantiles, y añade saborizantes alimenticios para captar la atención del público infantil y adolescente.]
Los documentos consultados alertan de la existencia de una lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos o productos de vapeo, denominada EVALI, por sus siglas en inglés; se trata de una enfermedad respiratoria aguda o subaguda que puede ser grave y poner en peligro la vida. Sin embargo, hay muy pocos datos toxicológicos publicados sobre las emisiones de los líquidos de estos dispositivos, por lo que es necesaria más investigación al respecto. Además los jóvenes que usan cigarrillos electrónicos podrían tener más probabilidades de fumar cigarrillos regulares en el futuro.
Los sumarios de evidencia (SE) consultados describen una lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos o productos de vapeo denominada EVALI, originalmente llamada lesión pulmonar asociada al vapeo(2-4). Se trata de una enfermedad respiratoria aguda o subaguda que puede ser grave y poner en peligro la vida y fue descrita inicialmente en 2019 (5). El factor de riesgo clave para desarrollar EVALI es el uso del cigarrillo electrónico o un producto similar; no se ha identificado ningún compuesto común en todos los casos. Las posibles toxinas candidatas incluyen el THC y el acetato de vitamina E (VEA, por sus siglas en inglés), aunque se han implicado otros compuestos, como la nicotina y aditivos desconocidos. La duración media de los síntomas antes del diagnóstico es de seis días con un rango de cero días a dos meses. Los síntomas incluyen disnea, tos, dolor torácico (a veces pleurítico) y hemoptisis. Aproximadamente un tercio de los pacientes pueden progresar a insuficiencia respiratoria aguda que requiere ventilación mecánica. El 85% reporta fiebre subjetiva; los síntomas gastrointestinales también son comunes e incluyen náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Los sumarios de evidencia (SE) se basan en la guía de la "American Thoracic Society"(6). Entre los criterios utilizados como definición de caso se encuentra el uso de un cigarrillo electrónico o un producto relacionado, en los 90 días anteriores a la presentación de los síntomas.
El SE de Dynamed(4) menciona la asociación de la EVALI con una mortalidad del 2%, según un estudio poblacional(7), con ingreso a cuidados intensivos > 40% y necesidad de ventilación mecánica en > 20%(5,8).
Los riesgos de los SESN para los niños, adolescentes y los adultos jóvenes, según un documento elaborado por los Centros para el Control de Enfermedades, se pueden resumir en(9):
- El uso de cigarrillos electrónicos no es seguro para los niños, adolescentes y adultos jóvenes. La mayoría de los SESN contienen nicotina.
- Los cigarrillos electrónicos pueden contener otras sustancias dañinas.
- Los jóvenes que usan cigarrillos electrónicos podrían tener más probabilidades de fumar cigarrillos regulares en el futuro.
Se ha seleccionado un estudio longitudinal(10) que examina la prevalencia del vapeo con nicotina y sin nicotina, mapea las transiciones entre comportamientos de vapeo y evalúa las diferencias en las características personales de los vapeadores en una muestra de 2.018 adolescentes noruegos. El estudio fue realizado en 2017 (T1), 2018 (T2) y 2019 (T3) (edad media: 14,2, 15,0 y 16,2 años, respectivamente). Utilizando un cuestionario en línea, se midió el vapeo con y sin nicotina, el uso de snus (tabaco húmedo sin humo), el tabaquismo, la búsqueda de sensaciones, los problemas de conducta y los niveles de depresión. Los resultados de este estudio indican que la prevalencia de vapeo en los últimos 12 meses se mantuvo estable (12%, 13% y 15%). Entre los adolescentes que informaron vapear en T1, el 66 % había usado cigarrillos electrónicos sin nicotina, el 22 % con nicotina y el 12 % no estaba seguro del contenido de nicotina. Las trayectorias individuales de vapeo eran inestables: de los vapeadores sin nicotina, el 54% dejaron de consumir, mientras que el 14% se convirtieron en vapeadores de nicotina de T1 a T2. Del T2 al T3, el 50% dejó de consumir nicotina, mientras que el 17% se convirtió en vapeador de nicotina. De los vapeadores de nicotina, el 39% dejó de consumir de T1 a T2, mientras que el 46% dejó de consumir de T2 a T3. En comparación con los vapeadores sin nicotina, los vapeadores de nicotina tenían más problemas de conducta [media = 3,67; intervalo de confianza (IC) 95% 2,62–4,71, frente a 2,17; IC 95% 1,72–2,62], tenían más síntomas de depresión (media = 11,38; IC 95% 9,29–13,48, frente a 6,95; IC 95% 6,02–7,88) y constituían más usuarios de snus en los últimos 30 días (33 % frente a 14 %) y consumidores de cigarrillos (33% frente a 9%). Según los autores, este estudio longitudinal de cohortes demostró que el uso de cigarrillos electrónicos sin nicotina es común entre los jóvenes vapeadores en Noruega. Los patrones de vapeo de los adolescentes, tanto con como sin nicotina, son generalmente temporales y experimentales. A pesar de que la mayoría de los vapeadores de nicotina dejan de ser consumidores, se caracterizan por tener más problemas de conducta y peor salud mental, y consumen con mayor frecuencia otros productos de tabaco.
Una revisión narrativa(11) que proporciona una evaluación integral y crítica de la literatura existente sobre las características clínicas/epidemiológicas y la caracterización fisicoquímica-toxicológica de las emisiones de vapeo asociadas con EVALI, identifica el patrón demográfico predominante: hombres, adolescentes o adultos jóvenes blancos sanos que vapeaban cigarrillos electrónicos que contenían THC ilícitos/informales. El patrón histopatológico principal consistió en daño alveolar difuso con opacidades bilaterales en vidrio esmerilado en la radiografía/tomografia computarizada de tórax y un mayor número de macrófagos o neutrófilos y macrófagos espumosos en el lavado broncoalveolar. El análisis químico de los vapores de los cigarrillos electrónicos THC/VEA mostró una diferencia química entre THC/VEA y el THC o VEA único. La caracterización química de los vapores de cigarrillos electrónicos falsificados a base de THC o líquidos electrónicos preparados internamente que utilizan CBD, VEA o triglicéridos de cadena media (MCT, por sus siglas en inglés) identificó muchos tóxicos como carbonilos y compuestos orgánicos volátiles, terpenos, compuestos de silicio, hidrocarburos, metales pesados, pesticidas y diversos productos químicos industriales, de fabricación y relacionados con la automoción. Hay muy pocos datos toxicológicos publicados sobre las emisiones de los líquidos de THC/VEA. Sin embargo, las emisiones de CBD, MCT y VEA ejercen diversos grados de citotoxicidad, inflamación y daño pulmonar, según la topografía de la inhalación y la línea celular. Los autores indican que se identificaron importantes lagunas de conocimiento, incluida la necesidad de realizar encuestas epidemiológicas más sistemáticas y estandarizadas, caracterización fisicoquímica integral de las emisiones de cigarrillos electrónicos del mundo real y estudios mecanicistas que vinculen las propiedades de las emisiones con resultados toxicológicos específicos.
Una revisión sistemática (RS)(12) que sintetiza la evidencia sobre la efectividad de las intervenciones destinadas a prevenir el inicio del uso de cigarrillos electrónicos entre niños y jóvenes, incluyó treinta y nueve publicaciones, catorce de base individual (4 de seguimiento parental, 3 de videojuegos, 2 de mensajes de texto, 3 de temas de mensajes gráficos, 2 de atención sanitaria), 19 de base escolar (14 intervenciones educativas y de habilidades, 5 de políticas/prohibiciones libres de vapeo) y 6 de base comunitaria. Se informaron intervenciones basadas en (3 redes sociales, 3 campañas en los medios de comunicación). El seguimiento de los padres (p. ej., conocimiento del paradero, actividades, amistades y establecimiento de reglas de sus hijos) basado en las percepciones de los jóvenes, se asoció con una menor probabilidad de usar cigarrillos electrónicos [odds ratio ajustado (aOR) 0,74; intervalo de confianza (IC) del 95 %: 0,62; 0,89]; ORa 0,68; IC del 95 %: 0,50; 0,92) y usar cigarrillos (aOR 0,60; IC del 95 %: 0,50; 0,72). La mediación de los padres en los medios (es decir, la regulación y orientación del consumo de medios) se asoció con una disminución del uso de cigarrillos electrónicos [aOR 0,70, error estándar (SE) 0,10]. La proporción de líderes amigos/ iguales que imparten las intervenciones denominadas “Por encima de la influencia del vapeo” (Above the Influence of Vaping)(13), es decir, el número de amigos que imparten la intervención educativa, se asoció con una menor intención de iniciar el uso de cigarrillos electrónicos (coeficiente β −0,10, IC del 95 %: −0,19, −0,02, definido mediante una escala de 5 puntos). Como conclusiones se destacan:
- La prevención del uso de cigarrillos electrónicos se asoció con una alta percepción de supervisión parental a nivel individual.
- Hubo evidencia prometedora, pero limitada, de que incluir en los planes de estudio habilidades socioemocionales y las intervenciones realizadas por líderes entre los amigos y semejantes impedían el inicio del vapeo.
Por último, mencionar los resultados de la encuesta sobre uso de drogas en enseñanza secundaria en España, publicado en 2022, indica que(14):
- Han consumido cigarrillos electrónicos el 37,8% de los estudiantes entre 14 y 18 años; desde el 2014, casi se ha triplicado el consumo.
- El 60,7% de los consumidores utilizan cartuchos sin nicotina y un 40% los utilizan con nicotina. La preferencia por los cartuchos con nicotina va escalando a medida que aumenta la edad.
- Quién ha vapeado alguna vez manifiesta una percepción de riesgo más baja en el consumo de tabaco y cannabis, en comparación a aquellos que nunca han utilizado cigarrillos electrónicos.
- Dentro del grupo de quienes fuman tabaco (independientemente del tramo temporal), aproximadamente el 40% ha usado cigarrillos electrónicos con nicotina.
- Se observa que entre los estudiantes que no son fumadores de tabaco, hay una mayor prevalencia de consumo del cigarrillo electrónico sin nicotina.