La revisión realizada no identifica estudios en los que se evalúe el efecto del tratamiento con ozono en pacientes con síndrome de piernas inquietas (SPI).
Se han revisado varias guías de práctica clínica (GPC)(1-5) sin encontrar en ellas mención al ozono como potencial herramienta terapéutica en el manejo del SPI. Entre ellas se incluye una reciente GPC(1) de la “Restless Legs Syndrome Foundation” sobre el manejo del SPI que incorpora una apartado sobre terapias alternativas y en investigación por ser potenciales eficaces y entre ellas no se menciona al ozono. Tampoco se habla del ozono en otra GPC de la “American Academy of Neurology”, publicada en 2016 y reafirmada en 2022(2), o en una GPC de 2018 del “International Restless Legs Syndrome Study Group”(3).
De forma similar, no encontramos referencia al ozono en los sumarios de evidencia consultados(6-8) o en una revisión narrativa sobre el SPI publicada en agosto de 2023(9).
También se ha realizado una búsqueda en bases de datos de estudios (incluyendo Medline/Pubmed, Embase, CINAHL, PEDro, e incluso Google Académico) y se ha identificado únicamente un ensayo clínico aleatorio abierto(10) en el cual se evaluaba el efecto de la ozonoterapia en pacientes con dolor lumbar con hernia discal protuberante que no respondieron al tratamiento médico. En los resultados del estudio se comenta que el total de los pacientes incluidos tenían SPI en el momento de la inclusión y que no se observaron diferencias en la mejoría del SPI entre el grupo tratado con ozonoterapia (mezcla de ozono y oxígeno inyectado en el espacio discal asociado a tratamiento médico con naproxeno y baclofeno) y el grupo control (que recibió solo el tratamiento médico con naproxeno y baclofeno) después de 2 semanas, 3 ó 6 meses. En números absolutos, tras 6 meses de tratamiento el 20% de los pacientes del grupo tratado con ozono seguía con síntomas de SPI y los tenían el 16% de los pacientes del grupo control.