Los documentos consultados sobre el papel de la medición de marcadores angiogénicos para diagnosticar o descartar la presencia de preeclampsia, sugieren que se necesitan más estudios para determinar la utilidad clínica.
Los Sumarios de Evidencia (SE) de UpToDate sobre la preeclampsia(1,2) indican que la preeclampsia se asocia con un desequilibrio angiogénico anormal. Se considera que la medición de marcadores antiangiogénicos urinarios o plasmáticos, como la tirosina quinasa-1 soluble similar a fms (sFlt-1), y marcadores angiogénicos, como el factor de crecimiento placentario (PlGF, por sus siglas en inglés), o sus proporciones, pueden ser útiles para:
- Distinguir la preeclampsia de otros trastornos hipertensivos-proteinúricos en gestantes con características clínicas sospechosas de preeclampsia.
- Determinar si una gestante con manifestaciones de preeclampsia que no cumple con los criterios de diagnóstico requiere intervención médica, como hospitalización o parto.
- Predecir el riesgo a corto plazo de progresión a preeclampsia con características graves.
Estos SE plantean que, sin embargo, la utilidad clínica de estas pruebas no está clara, debido a la heterogeneidad entre los estudios en la medición de marcadores, las poblaciones de estudio y los resultados de interés. A pesar de estas limitaciones, se hace mención a estudios y ensayos prospectivos, en los que se sugiere que los marcadores angiogénicos diagnosticarían con precisión la preeclampsia y tienen un alto valor predictivo negativo, por lo que pueden ser útiles para descartar la preeclampsia (evitando así hospitalizaciones y pruebas innecesarias)(3-7).
El SE de Dynamed(8) por su parte menciona que se ha investigado la medición de factores angiogénicos como herramienta para predecir resultados clínicos en mujeres que inicialmente presentan características tempranas de preeclampsia; sin embargo, señala que no se ha demostrado que ninguna prueba prediga de manera confiable la preeclampsia y se necesitan más estudios para determinar la utilidad clínica.
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) y la Sociedad de Medicina Materno-Fetal (SMFM) no han recomendado la medición de marcadores angiogénicos para diagnosticar o descartar la preeclampsia(9) .
La Guía de Práctica Clínica (GPC)(10) del Instituto Nacional para la Excelencia en la Salud y la Atención (NICE) sugiere ofrecer pruebas basadas en PlGF, que deberían usarse con una evaluación clínica estándar, para ayudar a diagnosticar o descartar preeclampsia en mujeres con sospecha de este trastorno entre las 20+0 y 36+6 semanas de gestación. Sugieren el uso de cualquiera de las cuatro pruebas específicas (DELFIA Xpress PlGF 1-2-3, DELFIA Xpress sFlt-1/Xpress PlGF1-2-3 ratio, Elecsys inmunoassay ratio sFlt-1/PlGF, prueba Triage PlGF) y no repetir las pruebas si la prueba inicial es negativa. Destacan la necesidad de asociar al uso de esta prueba información clínica para tomar decisiones sobre la atención (p. ej., hospitalización o traslado a una unidad especializada) y recomiendan no utilizar la determinación de PlGF para tomar decisiones sobre el momento del parto en pacientes embarazadas entre 20+0 y 36+6 semanas de gestación. Por último, sugieren que la prueba puede ser más beneficiosa en pacientes con mayor riesgo de resultados maternos adversos.
La GPC de la Sociedad Internacional para el Estudio de la Hipertensión en el Embarazo (ISSHP, por sus siglas en inglés)(11) establece que se puede realizar una evaluación del desequilibrio angiogénico (si está disponible). Un desequilibrio (PlGF reducido, < percentil 5 para la edad gestacional, o una relación sFlt/PlGF aumentada [por ejemplo >38 según el ensayo de Roche]) fortalecería el diagnóstico clínico de preeclampsia, pero no debería usarse como criterio único para el diagnóstico.
Una evaluación de tecnologías sanitarias de Ontario realizada en de 2023(12) concluyó que, en comparación con la evaluación clínica estándar sola, las pruebas de biomarcadores basadas en PlGF en pacientes con sospecha de preeclampsia entre las semanas 20+0 y 36+6 de gestación probablemente mejoran la precisión de la predicción de la preeclampsia y puede reducir el tiempo transcurrido hasta el diagnóstico, los resultados maternos adversos graves y la duración de la estancia neonatal en la unidad de cuidados intensivos, pero la evidencia es incierta y hay poca o ninguna diferencia en otros resultados clínicos, como el ingreso hospitalario materno y los resultados adversos perinatales.
Un consenso de expertos realizado para guiar la actuación de los médicos en el manejo de embarazadas con riesgo de preeclampsia mediante la prueba de relación sFlt-1/PlGF (13) postula que, la relación sFlt-1/PlGF tiene un valor predictivo negativo muy alto para descartar el desarrollo de preeclampsia dentro de los 7 días siguientes, entre mujeres con sospecha de preeclampsia. Indica que, actualmente, no existe un consenso claro sobre el uso práctico de biomarcadores angiogénicos en la detección y tratamiento de la preeclampsia en la práctica clínica habitual. Si bien existen importantes directrices clínicas internacionales, no definen qué parámetros específicos orienta al ingreso de la paciente o la evaluación ambulatoria de una sospecha de preeclampsia, y la mayoría de los médicos siguen las prácticas locales. Comenta que se necesita una mejor orientación sobre la estratificación del riesgo entre las mujeres con sospecha de preeclampsia, así como entre las mujeres con alto riesgo de preeclampsia. También considera que es importante la predicción de resultados adversos en las mujeres, después del diagnóstico clínico de preeclampsia.
Las GPC españolas consultadas, no hacen recomendaciones sobre la medición de marcadores antiangiogénicos(14,15).