Tras la búsqueda realizada, se ha encontrado escasa evidencia sobre la extracción prenatal de calostro (EPC), y los estudios hallados son en mujeres embarazadas con diabetes tipo 1 o diabetes gestacional en los que se sugiere que la EPC es una técnica segura para la madre a partir de las 36 semanas de gestación y los resultados sobre el recién nacido serían fomentar la lactancia materna exclusiva desde el principio y podría reducir el número de traslados de bebés a la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) para el tratamiento intravenoso de la hipoglucemia.Se sigue recomendando hacer más estudios de alta calidad.
La Academia de Medicina de la Lactancia Materna actualizó (2021) un consenso de profesionales para la monitorización de la glucosa y el tratamiento de la hipoglucemia en recién nacidos a término y prematuros tardíos(1), en el que una de las recomendaciones a la madre y familia es “considerar la extracción de leche prenatal/perinatal en madres con diabetes gestacional, así como retrasar los baños para apoyar aún más el mantenimiento de la homeostasis normal de la glucosa entre los recién nacidos de alto riesgo”.
Esta recomendación está basada en un estudio “Diabetes and Antenatal Milk Expressing [DAME](2). Se trata de un ensayo clínico aleatorio, multicéntrico, de dos grupos, no ciego, en seis hospitales de Victoria, Australia. Se reclutaron 635 mujeres con diabetes preexistente o gestacional con un embarazo único de 34 a 37 semanas de gestación y se asignaron aleatoriamente (1:1) a extraer leche materna dos veces al día a partir de las 36 semanas de gestación (EPC) o atención estándar (atención habitual obstetrica, complementada con el apoyo de un educador en diabetes). El resultado primario fue la proporción de lactantes ingresados en UCIN. La proporción de bebés admitidos en la UCIN no difirió entre los grupos (46 [15%] de 317 asignados a EPC versus 44 [14%] de 315 asignados a atención estándar; riesgo relativo ajustado 1,06, Intervalo de Confianza(IC) del 95% 0,66 a 1,46). En el grupo de EPC, el evento adverso grave más común para los bebés fue el ingreso a la UCIN para recibir asistencia respiratoria (tres bebés [<1%] de 317). En el grupo de atención estándar, el evento adverso grave más común para los bebés fue de encefalopatía grave con o sin convulsiones (tres bebñes [<1%] de 315). Los autores indican que no hay ningún daño en recomendar a las mujeres con diabetes en el embarazo con bajo riesgo de complicaciones que se extraigan la leche materna a partir de las 36 semanas de gestación.
El otro estudio en el que se basa el consenso de profesionales(1), es un estudio comparativo entre aportar suplementos de calostro versus fórmula para la estabilización de la glucosa en recién nacidos de madres diabéticas(3). En un hospital americano se llevó a cabo una revisión retrospectiva de todos los bebés a término (≥37 semanas) nacidos de madres con diabetes tipo 1 o gestacional durante un período de 4 meses antes y después del cambio de práctica. La práctica de estudio consistió en la EPC que generalmente se limitó a madres de recién nacidos con riesgo de hipoglucemia que tenían programada una cesárea o durante la fase inicial de la inducción del parto. Las mujeres que presentaron trabajo de parto espontáneo podían EPC si sus contracciones eran irregulares y la progresión del trabajo de parto era lenta. La EPC se realizaba durante 10 a 15 minutos y en intervalos posteriores, mientras la madre estaba en un monitor fetal externo para observar cualquier taquisistolia o desaceleración fetal. Las gotas de calostro se almacenaban en jeringas de alimentación colocadas en el refrigerador o en hielo. Despues, estas gotas de calostro se administraban al bebé durante la primera hora tras el nacimiento, junto con el estímulo para amamantar y mantener un contacto continuo piel con piel. Los bebés que fueron alimentados exclusivamente con calostro no mostraron diferencias en los niveles de glucosa en sangre en comparación con los bebés alimentados con fórmula. El número de bebés que recibieron fórmula (n = 50) en comparación con el número de bebés que recibieron calostro (n = 25) antes del cambio de práctica se revirtió después del cambio de práctica (n = 21 fórmula versus n = 52 calostro). Esta reducción en la suplementación con fórmulas (y el fomento de la lactancia materna exclusiva) sirvió como evidencia de la adopción de cambios en las prácticas. Además, hubo significativamente menos traslados a la UCIN para tratar la hipoglucemia en el grupo de cambio posterior a la práctica. Antes del cambio de práctica, el 11,8% (10/85) de los bebés recibieron tratamiento intravenoso para la hipoglucemia en comparación con el 5,2% (4/77) de los recién nacidos que recibieron tratamiento intravenoso después del cambio de práctica.
Para los autores, la implicación para la práctica de este estudio, fue que el enfoque tradicional de alimentar con fórmula a un recién nacido a término asintomático con riesgo de hipoglucemia (en el ámbito hospitalario) debe reevaluarse en el contexto de la evidencia sobre la seguridad y los resultados de la lactancia. Este cambio de práctica demostró que el calostro estabilizó los niveles de glucosa del recién nacido con tanta eficacia como la fórmula en las primeras 6 horas después del nacimiento y apoyó la lactancia materna exclusiva para madres y recién nacidos.
En la Guía de Práctica Clínica (GPC) sobre lactancia materna del Sistema Nacional de Salud(4) actualizada en 2017, indica la extracción precoz del calostro después del parto.
Nos obstante, una Revisión Sistemática realizada por la “Cochrane Library” acerca de la EPC por parte de mujeres con diabetes para mejorar los resultados infantiles(5) manifiesta que, no hay pruebas sistemáticas de alto nivel para informar la seguridad y la eficacia de la práctica de extraer y almacenar la leche materna durante el embarazo. Y los Sumarios de Evidencia sobre lactancia materna consultados(6-8) no hacen mención a la EPC sino en la extracción inmediata de calostro tras el parto.