De la documentación encontrada, se desprende que los anestésicos locales (AL) que se utilizan en nuestro contexto sanitario parecen ser seguros, en una mujer embarazada o en fase de lactancia, siempre atendiendo a las indicaciones y dosis recomendadas.
Según varios documentos elaborados en nuestro entorno sanitario (una publicación científica acerca de las técnicas y procedimientos habituales de la cirugía menor en Atención Primaria(1), el boletín de información terapéutica de la Generalitat de Catalunya(2) y la guía práctica de heridas traumáticas agudas de partes blandas del Servicio Gallego de Salud(3)), los AL utilizados por su menor toxicidad, son las aminoamidas, y entre ellas las más habituales son, la lidocaína (0,5-2%, dosis máxima 300 mg), mepivacaína (1-2%, dosis máxima 400 mg) y bupivacaína (0,125- 0,75%, dosis máxima 150 mg).
Respecto a la evidencia acerca del uso de dichos AL en mujeres embarazadas:
El Sumario de Evidencia (SE) de Uptodate sobre la atención prenatal, centrado en la educación de la paciente, la promoción de la salud y la seguridad de los medicamentos de uso común(4), manifiesta que, procedimientos como la anestesia local, no tiene efectos perjudiciales para el feto.
El SE de Dynamed que trata sobre medicación y exposición a fármacos durante el embarazo(5), en base a una guía de la Academia Americana de Dermatología(6), refiere que los AL considerados seguros durante el embarazo incluyen la lidocaína (con o sin epinefrina). Esta guía también comenta que lidocaína (con o sin epinefrina) también sería segura durante la lactancia(7).
Una revisión narrativa publicada en 2019 acerca de la cirugía cutánea en mujeres embarazadas o en período de lactancia(8), menciona que la lidocaína (con o sin epinefrina) se pueden utilizar de forma segura como AL.
Otros artículos científicos de nuestro entorno sanitario(9,10) sugieren que los AL (lidocaína, mepivacaína y bupivacaína) no están contraindicados en el embarazo.
La información a embarazadas sobre el control de la gestación(11), de la Comunidad de Madrid, también menciona que no hay contraindicación para el uso de AL.
En cuanto a la seguridad durante la lactancia, la evaluación realizada por la web e-lactancia.org(12-14), etiqueta:
- la lidocaína como AL “Seguro. Compatible. Mínimo riesgo para la lactancia y el lactante”,
- la bupivacaína como AL “ Seguro. Compatible. Mínimo riesgo para la lactancia y el lactante” y
- la mepivacaína hidrocloruro como AL “posiblemente seguro. Probablemente compatible. Riesgo leve posible. Seguimiento recomendado”.
Finalmente, se han consultado las fichas técnicas de los AL(15-17) más utilizados en el territorio nacional y de ellas extraemos que:
“La lidocaína atraviesa la placenta; por lo tanto, concentraciones elevadas de lidocaína en el plasma sanguíneo de la madre puede causar depresión del sistema nervioso central, alteraciones del tono vascular periférico y la función cardiaca en el feto / recién nacido. Los datos en un número limitado de mujeres embarazadas no mostraban evidencia de anomalías congénitas.La lidocaína se excreta en la leche materna en pequeñas cantidades . No se esperan efectos en recién nacidos a las dosis recomendadas. Por lo tanto, se puede continuar con el tratamiento con lidocaína durante la lactancia”.
“La bupivacaína, durante las primeras etapas del embarazo, sólo debería ser administrada después de la consideración estricta de las indicaciones. Cuando se lleve a cabo la anestesia raquídea en el parto normal o por cesárea deben administrarse las dosis indicadas para este tipo de pacientes. No se conoce con exactitud la distribución de la bupivacaína en la leche materna, aunque no se han documentado problemas en humanos a este respecto. Por ello, se deberá usar con precaución en madres lactantes”.
“No se recomienda el uso de mepivacaína al final del embarazo. Durante las primeras etapas del embarazo, mepivacaína sólo debería ser administrada tras una estricta consideración de las indicaciones. La mepivacaína, como otros anestésicos locales, pasa a través de las membranas placentarias. Aunque la concentración de mepivacaína en la sangre umbilical es menor que en la sangre materna, las concentraciones de mepivacaína libre en las circulaciones materna y fetal son similares. Dado que muchos fármacos se excretan por la leche materna, se debería tener precaución al administrar mepivacaína a una madre en período de lactancia, dado que no se puede excluir un riesgo para los recién nacidos o lactantes por la falta de datos disponibles. Si fuera necesaria dicha administración, la lactancia se debe interrumpir hasta 24 horas después de la finalización del tratamiento”