[En sentido amplio, el término “colecho” hace referencia a aquellas situaciones en las que un niño duerme en la misma estancia que sus padres, bien en la misma cama o en mobiliario diferente (habitualmente una cuna). Para dar respuesta a esta pregunta nos centraremos en la forma de “colecho” en la cual el niño comparte la cama materna]
Los documentos seleccionados, y en relación a la lactancia materna, sugieren que existe una asociación positiva, en cuanto a una mayor tasa de lactancia materna y una lactancia más prolongada en los niños que comparten cama con la madre. En todo caso, se ha de garantiza la práctica de un colecho seguro (ver más abajo).
La Guía de Práctica Clínica sobre lactancia materna de Guía Salud(1) hace una recomendación Débil* sobre el colecho en la maternidad, como una práctica que favorece el buen inicio de la lactancia materna, siempre y cuando se mantengan las condiciones de un colecho seguro. Esta recomendación también esta avalada por la UNICEF y la OMS.(2)
Un documento de consenso de la “Academy of Breastfeeding Medicine”(3) revisado en 2019, recoge que, la investigación realizada hasta la fecha sobre el colecho y la lactancia materna indica que la proximidad nocturna facilita la duración y la exclusividad de la lactancia (niveles de evidencia 2 y 3)*. Este documento propone que se practique un colecho seguro y que la evidencia existente hasta el momento, no respalda la conclusión de que el colecho pueda estar relacionado con el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) en ausencia de otros factores de riesgo o circunstancias peligrosas de SMSL (nivel de evidencia 3).
Por su parte, los sumarios de evidencia (SE) consultados(4-6) coinciden en que para facilitar la lactancia materna, el bebé duerma en la habitación de la madre aunque no en la misma cama, durante al menos los primeros seis meses, ya que compartir la cama se considera que puede ser un factor de riesgo para el SMSL. Se basan en la recomendación de la Academia Estadounidense de Pediatría(7) en la que se indica que los bebés compartan la habitación con sus padres, pero en una superficie para dormir separada y diseñada para bebés hasta los 6 meses de edad como mínimo.
El Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatria (AEP) y el Grupo de Trabajo de Muerte Súbita Infantil de la AEP(8) consideran que se deben tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- La forma más segura de dormir para los lactantes menores de seis meses es en su cuna, boca arriba, cerca de la cama de sus padres. Existe evidencia científica de que esta práctica disminuye el riesgo de SMSL en más del 50%.
- La lactancia materna tiene un efecto protector frente al SMSL y, por otro lado, el colecho es una práctica beneficiosa para el mantenimiento de la lactancia materna, pero también se considera un factor que aumenta el riesgo de SMSL por lo que no debe ser recomendado en:
- Lactantes menores de tres meses de edad.
- Prematuridad y bajo peso al nacimiento.
- Padres que consuman tabaco, alcohol, drogas o fármacos sedantes.
- Situaciones de cansancio, especialmente de cansancio extremo, como el postparto inmediato.
- Colecho sobre superficies blandas, colchones de agua, sofá o sillones
- Compartir la cama con otros familiares, con otros niños o con múltiples personas
Un estudio prospectivo(9) en el que se incluyeron a 2.276 mujeres y sus hijos para explorar si la frecuencia de colecho predice la edad al destete. El colecho se evaluó a las 14 semanas después del nacimiento (PRAMS), y la duración de la lactancia se evaluó a los 2 años después del nacimiento (PRAMS-2). Las mujeres en esta muestra informaron altas tasas de colecho: sólo el 15.7% de los encuestados de PRAMS dijeron que nunca compartieron la cama con su bebé. Las mujeres que reportaron un colecho más frecuente a las 14 semanas posparto tenían más probabilidades de destetarse más tarde. Los índices de riesgo oscilaron entre 1,18 [intervalo de confianza (IC) del 95 %, 1,02-1,35] para compartir la cama "a menudo" frente a "siempre" y 1,92 (IC del 95 %, 1,66-2,24) para "nunca" frente a "siempre". En otras palabras, a cualquier edad del bebé, las mujeres que siempre compartían la cama tenían más probabilidades de seguir amamantando. Las mujeres que siempre compartieron la cama a las 14 semanas posparto amamantaron a su bebé durante una mediana de 13 meses (95 % IC, 12-14), en comparación con 10 meses (95 % IC, 9-11) para las mujeres que nunca compartieron la cama a las 14 semanas. Los autores concluyen que estos resultados sugieren que compartir la cama en la primera infancia podría conducir a un destete posterior.
Un estudio analítico(10) cuyo objetivo era explorar la relación entre la duración de la lactancia materna y la frecuencia del colecho, reclutó a 870 mujeres hacia la mitad del embarazo. La fuerza de la intención de amamantar prenatal se registró en el momento del reclutamiento utilizando escalas tipo Likert. Los resultados evaluados fueron la frecuencia de compartir la cama y el tiempo hasta el cese de la lactancia materna. No hubo datos suficientes para clasificar el patrón de colecho en 192/870 (22%) de las madres. Del resto, el 44% (299/678) de los participantes "rara vez" o "nunca" compartieron cama, el 28% (192/678) lo hicieron "intermitentemente" y el 28% (187/678) lo hicieron "a menudo". Estos tres grupos no diferían significativamente en estado civil, ingresos, edad gestacional del bebé, edad materna o modo de parto. Significativamente, más participantes que compartieron la cama "a menudo" informaron una fuerte intención prenatal de amamantar (70% vs. 57% y 56% para grupos de colecho "intermitente" y "rara vez") y otorgaron una gran importancia prenatal a la lactancia materna (95% vs. 87% y 82%). Significativamente, más mujeres que compartían la cama con frecuencia estaban amamantando a los 6 meses (p < 0,0001) que aquellas que compartían la cama de manera intermitente o rara vez/nunca. Los autores concluyen que las mujeres con fuerte motivación para amamantar frecuentemente comparten cama. Añaden que dada la compleja relación entre el colecho y el SMSL, es crucial una orientación adecuada que equilibre la minimización del riesgo con el apoyo a las madres que amamantan sobre la práctica del colecho seguro.
Por último resumimos a continuación cuatro estudios transversales (11-14) publicados en los últimos tres años que analizan esta relación:
- El primer estudio(11), que siguió a casi 25.000 parejas madre e hijo durante al menos 6 semanas, encontró que la práctica del colecho era un predictor de lactancia materna exclusiva. Las parejas con lactancia parcial tenían menos probabilidades de compartir la cama que las que amamantaron exclusivamente (siempre compartiendo la cama odds ratio [OR]= 0,48 [95 % IC, 0,41-0,56]; a veces compartiendo la cama OR= 0,69 [95 % IC, 0,56-0,83].
- El segundo estudio(12) incluyó a 174 parejas, informó que los bebés que hacian colecho tenían más probabilidades de ser amamantados exclusivamente a los 6 meses [Chi cuadrado (χ2)= 4,83, p = 0,03] y tenían una duración más prolongada de la lactancia materna (t de student = 3,81, p < 0,001).
- El tercer estudio(13) fue realizado a través de una encuesta telefónica anónima con una muestra aleatoria representativa de bebés nacidos en el Área de Salud de La Marina Baixa, Alicante, entre 2018 y 2019. Encontró que la tasa de lactancia materna fue del 86,4% con colecho y del 13,6% sin colecho. Los autores sugieren una estrecha relación entre la lactancia materna y el colecho.
- El objetivo del cuarto estudio(14) fue identificar factores de riesgo y factores protectores contra la interrupción de la lactancia materna antes de los 2 años de edad. El resultado de interés fue la interrupción de la lactancia antes de los 2 años de edad. Se incluyeron a 1.344 parejas de madre e hijo. Se identificaron factores protectores: menores ingresos (cociente de riesgo ajustado [HRa]: 0,81; IC 95%: 0,71-0,94), colecho madre-hijo (HRa 0,61, IC 95%: 0,52-0,73), lactancia a demanda en el primer mes (HRa: 0,64; IC 95%: 0,47-0,89) y lactancia materna exclusiva a los 4 meses (HRa: 0,58, IC 95%: 0,48-0,70).
*Ver niveles de recomendación en el original.