En base a los documentos consultados, el uso de la vía subcutánea (sc) es en la práctica asistencial la vía de elección, debido a las ventajas que ofrece en circunstancias especiales, cuando la vía oral se anula; no obstante, se ha encontrado un nivel de evidencia sobre su uso en niños débil o insuficiente y no concluyente en personas (tanto niños como adultos) con cuidados paliativos.
En una revisión paraguas de revisiones sistemáticas (RS) para evaluar la efectividad, seguridad y aceptabilidad de la hidratación sc e infusiones de medicamentos(1) se incluyeron 26 RS y los autores concluyeron que en general, la evidencia era sólida para recomendar infusiones de hidratación sc para ancianos, débil para niños e inconclusa para pacientes en paliativos.
Atendiendo a la información publicada en una monografía de Cuidados Paliativos que hace la SECPAL (Sociedad Española de Cuidados Paliativos)(2), la vía de elección para tratar los síntomas en cuidados paliativos es la vía oral, pero ciertas circunstancias pueden imposibilitar su uso, siendo necesario recurrir a otras vías alternativas. Las posibles causas de pérdida o intolerancia de la vía oral pueden ser: intolerancia gástrica, imposibilidad de deglución, náuseas y vómitos persistentes, intolerancia a opioides orales y necesidad de dosis más altas, malabsorción, debilidad extrema, estados confusionales, agonía, disminución de consciencia, obstrucción intestinal, etc. En estos casos, otras vías alternativas a la oral pueden ser la vía intravenosa (iv), la vía sc, rectal, intramuscular, sublingual y transdérmica, aunque presentan ciertos inconvenientes. La vía de administración dependerá de la situación del paciente y de las características del fármaco a administrar. En resumen, la vía sc supone una alternativa en situaciones en las que no resulta apropiado el empleo de la vía oral. Aproximadamente, el 60% de los pacientes terminales será candidato al uso de la vía sc.
La guía de práctica clínica (GPC), de "National Institute for Health and Care Excellence" (NICE) sobre atención al final de la vida de lactantes, niños y jóvenes con condiciones que limitan la vida(3), contempla el uso de la vía sc para el control del dolor moderado a severo, por delante de la vía iv, tanto en los menores hospitalizados como los atendidos en su domicilio.
En el ámbito nacional, la GPC publicada en 2008, sobre cuidados paliativos para el Sistema Nacional de Salud(4), sí se indica la vía sc para enfermos paliativos en edad pediátrica; al igual que a nivel autonómico, existen publicaciones de programas regionales de cuidados paliativos o procesos asistenciales integrados(5-8) donde se expresan consideraciones específicas de cuidados paliativos en pediatría, recomendando la vía sc por las ventajas que ofrece:
- Es una técnica poco agresiva, de fácil acceso.
- Es de fácil utilización y segura, con buena aceptación por parte de la familia y el paciente, considerada una técnica sencilla.
- Asegura la absorción de la medicación.
- Puede durar varios días incluso semanas, evitando pinchazos repetidos .
- No precisa ingreso hospitalario.
- Da autonomía y movilidad al paciente.
- Tiene menos efectos secundarios que la vía endovenosa.
- Es más cómoda para los pacientes.
- Permite la administración de sueroterapia (hipodermoclisis de 500 a 1500 ml/día por cada vía, hasta 3000 ml/día con dos vías diferentes).
- Permite combinaciones farmacológicas en infusores.
- Que la absorción de los fármacos por esta vía tarda en conseguir picos en plasma de una media de entre 15 y 30 minutos.
- Con esta vía evitamos el paso por el metabolismo hepático.
- Sentimiento de utilidad por parte de los familiares del paciente al ser ellos mismos los que administran el fármaco.
También en estos documentos se expresan los inconvenientes y complicaciones del tratamiento a través de la vía sc:
- Desconexión en la zona de punción.
- Reacciones locales: entre ellas destacan enrojecimiento, necrosis, crepitación, induración (suele ser una de las más frecuentes), absceso, calor, dolor, hematoma y reflujo.
- Salida accidental de la vía (segunda en frecuencia de aparición).
- Reacción adversa al material o a la medicación.