Los estudios postcomercialización confirman la asociación entre el uso de inhibidores del cotransportador sodio- glucosa tipo 2 (iSGLT2) y las infecciones genitourinarias, fundamentalmente con canaglifozina(1,2), en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 (DM tipo 2).
Dos evaluaciones farmacoterapéuticas(3,4) realizadas en nuestro contexto sanitario y publicadas en 2020 informan que:
- Las infecciones genitourinarias constituyen el efecto adverso más común, sobre todo en mujeres. Se ha observado un aumento claro en la incidencia de candidiasis vulvovaginal (10-15%), que se produce durante los 4 primeros meses de tratamiento; no es un efecto grave, pero puede limitar la adherencia al tratamiento. Se suele resolver con tratamientos tópicos(3).
- El incremento de riesgo de infecciones genitales asociado al tratamiento con iSGLT2 es muy significativo, llegando a triplicar y cuadruplicar su porcentaje frente a placebo. Distintos metanálisis coinciden en que las infecciones genitales constituyen un efecto adverso de clase para todas las gliflozinas incrementando de 3 a 5 veces el riesgo frente a placebo frente a otros antidiabéticos no insulínicos. Se estima que sólo se necesita tratar a 22 pacientes con gliflozinas para observar una infección genital (NNH [número necesario a dañar] de 22)(4).
Este último documento(4) aporta una tabla con los NNH estratificados por glifozina y tiempo de tratamiento y destaca un NNH para canaglifozina de 15 (13-16) y de 16 (15-18) para tratamientos > 52 semanas. Indica al respecto que en base a estos NNH y los NNT (número necesario para tratar) de seguridad cardiovascular de los estudios EMPAREG, CANVAS y DECLARE TIMI, “podemos afirmar que el riesgo de infección genital supera al beneficio cardiovascular (ya que los NNH son menores que los NNT), y en el caso de canagliflozina, donde se estratificó por género, éste es mayor para las mujeres”.
Respecto a la actitud a adoptar, en cuanto al mantenimiento del tratamiento con un iSGLT2 en un paciente con DM tipo 2 que desarrolla un episodio de infección genital, al revisar recientes guías de práctica clínica (GPC)(5-9), sumarios de evidencia(10,11) y un boletín de información farmacoterapéutica(12), solo identificamos una GPC que aporta información sobre este aspecto concreto. Se trata de una GPC(9) sobre la DM tipo 2, de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, en la que se indica que “Con los iSGLT2 el efecto adverso más importante es la aparición de infecciones genitales (entre un 5% y un 10%), que suelen ser leves, se resuelven habitualmente con un único ciclo de tratamiento antifúngico y no requieren de la suspensión del tratamiento con iSGLT2.”
En otra GPC escocesa publicada en 2017(13) se comenta tan solo que estas infecciones se tratan fácilmente con tratamientos tópicos y que las personas que toman estos medicamentos deberían ser advertidas de la necesidad de adoptar medidas higiénicas para tratar de reducir el riesgo de estas infecciones.
No se han identificado guías de práctica clínica, sumarios de evidencia o documentos de consenso en los que se describa el manejo de una mujer con vaginitis candidiásica recurrente asociada al tratamiento antidiabético con un iSGLT2.
Relacionado con este tema, destacar que un documento de consenso, publicado por el Servicio Andaluz de Salud en 2020(14), se describen recomendaciones para la selección del tratamiento farmacológico en DM tipo 2 y entre los criterios clínicos para no seleccionar un iSGLT2 como fármaco en segundo o tercer escalón se incluye el hecho de que se trate de pacientes con antecedentes de infecciones genitourinarias de repetición.