Según la evidencia encontrada, el criterio para pautar la profilaxis de una enfermedad trombótico-venosa (ETV) en mujeres embarazadas diagnosticadas de COVID-19 es independiente de la cepa que produce la infección; la decisión se basa en otros criterios como la clínica, gravedad de la enfermedad y valoración individualizada del estado de la mujer.
La Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH)(1) en abril de 2020 publicó unas recomendaciones de tromboprofilaxis y tratamiento antitrombótico en pacientes con COVID-19 y en ellas se menciona que la paciente embarazada constituye un grupo de riesgo incrementado de ETV que, en el caso de infección por COVID-19 requiere una valoración adecuada tanto en el embarazo como en el puerperio.
Las recomendaciones que indica el "Royal College of Obstetricians & Gynaecologists" (RCOG) en la información para profesionales de la salud sobre la prevención de la ETV(2), publicadas en enero de 2022, están en consonancia con las mencionadas anteriormente de la SETH, aunque las variantes de los coronavirus SARS-CoV-2 se hayan modificado. Las recomendaciones expresan:
- A las mujeres que se confinan en casa, hay que aconsejar hidratación y movilización.
- A las mujeres hay que hacerles una evaluación de riesgo de ETV durante el embarazo. Y el RCOG, recomienda que se realice la evaluación en base a las indicaciones de una Guía de Práctica Clínica previa del RCOG sobre el tromboembolismo durante el embarazo y puerperio(3). La infección por SARS-CoV-2 debería considerarse un factor de riesgo transitorio y conviene reevaluar la situación.
- Cuando esté indicado, la tromboprofilaxis debería ofrecerse y administrarse según lo prescrito durante la pandemia de COVID-19.
- Si los profesionales de la salud sospechan riesgo de ETV durante el período de confinamiento, se debería realizar una evaluación clínica del riesgo de ETV (presencial o por medios virtuales) y considerar y prescribir la tromboprofilaxis de forma individual.
- Se deberían seguir los procedimientos locales para asegurar que las mujeres reciban heparina de bajo peso molecular (HBPM), particularmente cuando no puedan asistir al hospital durante los períodos de confinamiento.
- La tromboprofilaxis iniciada a mujeres embarazadas en confinamiento debería continuar hasta que se hayan recuperado de la enfermedad aguda (entre 7 y 14 días).
- Se debería buscar el consejo de un especialista en ETV para mujeres con morbilidad crónica y movilidad limitada.
- A todas las mujeres embarazadas ingresadas con COVID-19 confirmado o sospechoso se les debería ofrecer HBPM profiláctica, a menos que se espere el parto en las siguientes 12 horas o exista un riesgo significativo de hemorragia.
- Para mujeres con complicaciones graves de COVID-19, el régimen de dosificación apropiado de HBPM debería analizarse con un equipo multidisciplinario.
- A todas las mujeres embarazadas que hayan sido hospitalizadas y tengan COVID-19 confirmado se les mantendrá tromboprofilaxis durante los 10 días posteriores al alta hospitalaria. Se debería considerar una duración más prolongada de la tromboprofilaxis para mujeres con comorbilidad.
- Si las mujeres ingresan con COVID-19 confirmado o sospechoso dentro de las 6 semanas posteriores al parto, se les debería ofrecer tromboprofilaxis mientras dure su ingreso y durante al menos 10 días después del alta. Se debe considerar extender estas medidas hasta 6 semanas después del parto para mujeres con comorbilidad.