Hay una pregunta muy similar contestada en el Banco de Preguntas Preevid en 2010(1), por lo que se ha procedido a actualizar la búsqueda y la conclusión aportada por los nuevos documentos consultados, sigue siendo la misma: la administración intramuscular de vitamina K (dosis única de 1 mg) es más efectiva en la prevención de la enfermedad hemorrágica del recién nacido ( VKDB, por sus siglas en inglés) que la administración oral (2 mg por dosis).
La Guía de Práctica Clínica de Atención en el Embarazo y Puerperio de Guiasalud(2) indica como recomendación fuerte* que tras el nacimiento se administre a los bebés una dosis intramuscular de vitamina K de 1 mg para prevenir un episodio hemorrágico provocado por déficit de esta vitamina y que solo en el caso de que los padres no acepten la administración intramuscular de vitamina k, se administre una pauta oral de 2 mg al nacimiento, seguido, en los lactantes a pecho total o parcial, de 1 mg semanal hasta la 12 semana de vida.
Estas mismas recomendaciones las establecen dos sumarios de evidencia(3,4) consultados y recientemente actualizados respecto a la profilaxis con vitamina K de VKDB.
Resumimos a continuación la información contenida en dos revisiones sistemáticas(5, 6) y narrativas(7, 8) sobre la VKDB en la infancia y encontramos que hay consenso en que los lactantes, incluidos los recién nacidos, deben recibir profilaxis con vitamina K ya que reduce la incidencia de VKDB de inicio temprano (dentro de las 24 h), clásico (dentro de la semana posterior al nacimiento) y de inicio tardío (entre las 2 semanas y los 6 meses de edad). Admiten que hay cierta controversia en cuanto a cuál es la mejor estrategia de profilaxis: la vía oral es más fácil, segura y barata de administrar que la inyección intramuscular, pero el éxito de la profilaxis oral depende de que se siga el cumplimiento de la administración de todas las dosis por parte de los padres (La eficacia de la profilaxis oral está relacionada con la dosis y la frecuencia de administración), mientras que utilizando la vía intramuscular la efectividad de la profilaxis queda asegurada con la administración de una sola dosis.
Otro aspecto a tener en cuenta es que dependiendo de los países, las formulaciones orales están disponibles como un suplemento nutricional y no como un medicamento, por lo que su efectividad no ha sido bien estudiada. Además, la administración parenteral de la vitamina soluble en grasa permite una liberación gradual y un efecto sostenido. Concluyendo en general que dado el alto riesgo de mortalidad y morbilidad en los lactantes por VKDB, parece apropiado que la via de elección para la administración de la vitamina K sea la vía intramuscular a todos los recién nacidos al nacer. Los estudios futuros deben comparar la eficacia y seguridad de múltiples dosis orales con vitamina K IM y también evaluar la dosis óptima de vitamina K en recién nacidos prematuros.
* Ver en el original