Pregunta actualizada a 1 de septiembre de 2021
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Fuera de la situación de la pandemia por SARS-CoV-19, el contacto piel con piel (CPP) madre/hijo, es una medida recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A pesar de la incertidumbre y medidas contrarias en los primeros tiempos de la pandemia, el pinzamiento tardío del cordón y el CPP precoz son procedimientos recomendables, salvo que la situación clínica de la madre o del hijo lo desaconseje.
En el año 2016, la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA)(1) publicó una recomendación de “no hacer” (son todas aquellas que no han demostrado eficacia, tienen escasa o dudosa efectividad, o no son coste-efectivas) que indica textualmente: “No separar a la madre del niño tras el parto, sin que haya ninguna causa médica que lo justifique”.
Esta recomendación entre otros estudios está basada en una revisión sistemática (RS) actualizada en 2016(2), en la que se incluyeron 46 ensayos con 3850 mujeres y sus recién nacidos; en la que se desglosaron los resultados en obtenidos para las mujeres, resultados para los recién nacidos y los resultados para mujeres y recién nacidos después de un parto por cesárea. Como conclusión, los autores mencionan que la evidencia apoya el uso del CPP para promover la lactancia materna.
Una RS (3) publicada recientemente, afirma que el CPP regula el estrés infantil mediante indicadores biológicos como el sistema nervioso autónomo, la variabilidad de la frecuencia cardíaca, el cortisol y la oxitocina. Esta investigación concluye haciendo énfasis en la importancia del CPP para la regulación del estrés, especialmente durante la pandemia de COVID-19. Los autores también expresan que sin investigaciones hasta la fecha que indiquen un posible riesgo de transmisión de COVID-19 neonatal después del CPP, el CPP debe seguir practicándose en todas las mujeres, según lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)(4).
Por otra parte, una encuesta mundial realizada a miles de profesionales de la asistencia neonatal (5) observó que dos tercios de los trabajadores de la salud de los 62 países participantes informaron que no permiten que las madres con COVID-19 presunta o confirmada practiquen el CPP, mientras que casi una cuarta parte veta la lactancia materna, incluso cuando la cuidadora del niño no está infectada.
En cambio, el Ministerio de Sanidad de España en un documento técnico sobre el manejo de la mujer embarazada y el neonato(6) participa de las recomendaciones de la OMS y en su última actualización menciona que no existiendo evidencias de transmisión vertical se recomienda mantener las medidas habituales de cuidado neonatal óptimo (clampaje tardío del cordón, CPP inmediato y animar a la primera toma de pecho en la primera hora), salvo en los casos en que lo impidan el estado clínico de la madre o del recién nacido o no se pueda asegurar un adecuado aislamiento madre-hijo (mascarilla, higiene de manos) para evitar la transmisión vertical entre madre e hijo. En mujeres sintomáticas con infección probable o confirmada, el neonato sólo tendrá que ser ingresado aislado y separado de su madre cuando las condiciones clínicas así lo recomienden. Si no es así, no parece recomendable la separación y evitar el CPP, especialmente en los momentos inmediatamente posteriores al nacimiento y durante el establecimiento de la lactancia.
Se puede encontrar información adicional sobre el manejo de la mujer gestante y el neonato en el SE sobre la enfermedad por coronavirus Covid-19 (7) en español, elaborado por el Centro Tecnológico de la Información y Documentación Sanitaria.