[A lo largo del texto se utilizarán los términos butilescopolamina / butilbromuro de escopolamina o hioscina / escopolamina) en función del fármaco mencionado en los diferentes documentos consultados]
Una pregunta similar fue publicada en 2015 (ver abajo). Se ha procedido a actualizar la búsqueda bibliográfica y las conclusiones siguen siendo similares: no se recomienda el uso de butilbromuro de escopolamina para calmar el dolor de los pacientes con cólico nefrítico, ni administrado como tratamiento único, ni asociado a otros medicamentos. Sin embargo, podría considerarse una opción cuando no se disponga de AINE u opioides.
El sumario de evidencia (SE) sobre la nefrolitiasis de BMJ Best Practice(1) recoge la indicación de la guía de práctica clínica (GPC) sobre cálculos renoureterales del National Institute for Health and Care Excellence de Reino Unido(2) que recomienda no usar antiespasmódicos en pacientes con sospecha de cólico renal.
La revisión de la evidencia en que se basa esta recomendación(3) incluye 7 estudios con antiespasmódicos (6 con butilescopolamina [publicados de 1976 a 2012]) y uno con papaverina). Los autores de esta revisión encuentran que:
- Aunque parece que los antiespasmódicos podrían ser beneficiosos en la mejoría del dolor esta evidencia proviene de un único estudio de "baja y muy baja calidad" (butilscopolamina iv* [n=100] vs placebo iv [n=100]).
- Las comparaciones entre antiespasmódicos y opioides o antiinflamatorios no esteroideos (AINE) no mostraron un beneficio de los antiespasmódicos sobre los otros 2 grupos de fármacos.
- La ruta de administración de los antiespasmódicos utilizada en los estudios fue la iv, y es de suponer que la administración oral sea menos efectiva.
- La aparición de hipotensión y taquicardia podría limitar el uso de los antiespasmódicos en la práctica clínica.
El SE de Dynamed sobre los tratamientos médicos de la nefrolitiasis(4), basándose en la información de una RS Cochrane(5), encuentra que “los AINE podrían reducir más el dolor que la hioscina en adultos con cólico renal de inicio agudo debido a cálculos urinarios” (evidencia moderada). De esta revisión aporta los siguientes datos:
- Los resultados que comparan AINE vs hioscina están limitados por la heterogeneidad en el AINE evaluado y las distintas dosis y vías de administración de la hioscina.
- El uso de AINE comparado con hioscina se asoció con un aumento de la tasa de reducción de un 50% del dolor (4 ensayos con 196 pacientes). Razón de riesgo 2,44 (intervalo de confianza del 95%: 1,61-3,7).
- Este aumento en la tasa de reducción del 50% del dolor resultó significativo para dipirona, “baralgan” y diclofenaco pero no para ketorolaco.
- En el grupo de hioscina, el número necesario para tratar para obtener una reducción del 50% del dolor fue de 2-6.
El SE de Uptodate sobre el manejo de la sospecha de nefrolitiasis(6), también hace mención a la RS Cochrane(5) citada por Dynamed, de la que aporta que, en todos los resultados evaluados, la combinación de AINE y antiespasmódicos no fue superior al uso de AINE solos.
Una GPC sobre el manejo del dolor agudo(7), en el apartado dedicado a la litiasis / cólico renoureteral, basándose en 4 ensayos clínicos aleatorizados y una RS Cochrane (todos ellos publicados entre 2001 y 2012), encuentra que:
- La butilescopolamina falló en la mejoría de la analgesia cuando se combinó con AINE no selectivos, opioides o metamizol.
- La papaverina resultó superior a la hioscina en pacientes que no habían respondido a un tratamiento inicial con una combinación de diclofenaco-hioscina.
Aunque en este apartado también se habla de la RS Cochrane de 2015 arriba citada(5), no se aporta información adicional de interés para esta pregunta.
Otra pregunta clínica publicada en el banco “3clics” del “Institut Català de la Salut”(8) en la que el ECA más reciente incluido era de 2014, encontró que:
- La evidencia disponible no permitía recomendar el bromuro de hioscina como analgésico de elección en el tratamiento del cólico nefrítico agudo.
- En base a los escasos efectos secundarios, bajo coste económico y amplia experiencia de uso podía recomendarse su uso (recomendación débil), asociada a otros tratamientos analgésicos, cuando no se pudieran usar los AINE.
En último lugar comentar que se ha identificado un ECA de publicación posterior a los incluidos en las revisiones arriba citadas, realizado en 2 hospitales, en el que se comparó la administración continua de butilescopolamina frente a placebo (suero salino) en un total de 128 pacientes con cólico nefrítico(9). El objetivo primario era evaluar la cantidad de medicación de rescate necesaria. Los objetivos secundarios evaluaban: la reducción del dolor, el tiempo necesitado hasta la última dosis de rescate, efectos secundarios, necesidad de antieméticos y necesidad de intervención quirúrgica por dolor persistente. El análisis se realizó finalmente con 124 pacientes. No hubo diferencias respecto al resultado primario. La disminución del dolor fue similar en ambos grupos. No hubo diferencias estadísticamente significativas en cuanto a tiempo hasta el último rescate o efectos secundarios. Y no hubo diferencias en cuanto a la cantidad de antieméticos o necesidad de abordaje quirúrgico.
Apuntamos que, según el abstract, los pacientes incluidos en el estudio no habían respondido al tratamiento previo con AINE. Además, en la descripción del protocolo, se explica que los pacientes fueron tratados con paracetamol, diclofenaco y tamsulosina y los rescates se realizaron con el opioide piritramida.