Tras la búsqueda realizada los resultados encontrados sugieren que el uso de dispositivos con pantalla (teléfonos móviles, tablets, videoconsolas y ordenadores), sobretodo previo a la hora de acostarse, está asociado con una peor calidad del sueño en los adolescentes.
Según un sumario de evidencia (SE) sobre desórdenes del sueño en niños(1), el uso de dispositivos electrónicos, los videojuegos y las redes sociales, previo a acostarse, parece contribuir de manera importante al retraso en el inicio del sueño en adolescentes, mientras que pasar tiempo con la familia puede ser protector. En este SE se hace referencia a un estudio(2) (que incluyó a más de 300 adolescentes suizos) en el que el tiempo frente a la pantalla durante la noche se correlacionó negativamente con la duración del sueño. En un subconjunto de 183 participantes a los que se pidió que dejaran de usar dispositivos de pantalla después de las 9 pm durante las noches escolares, esta intervención se correlacionó con el inicio del sueño más temprano y el aumento de la duración total del sueño. Esto último condujo a un mejor funcionamiento diurno de estos adolescentes.
Un estudio transversal realizado en Noruega(3) en 2012, con el objetivo de investigar el uso de dispositivos con pantallas durante el día y antes de acostarse en relación con el sueño, incluyó a 9.846 adolescentes de 16 a 19 años. Se encontró una relación dosis-respuesta entre la duración del sueño y el uso de dispositivos electrónicos, ejemplificada por la asociación entre el uso del ordenador personal (PC) y el riesgo de tener menos de 5 horas de sueño [Odds ratio (OR) = 2,70; intervalo de confianza (IC) del 95%: 2,14 a 3,39)], y menores probabilidades para tener 7-8 h de sueño (OR = 1,64; IC del 95%: 1,38 a 1,96). Los resultados demuestran una relación negativa entre el uso de esta tecnología y el sueño en adolescentes.
Otro estudio observacional(4) sobre el impacto del uso de medios con pantalla en la eficiencia del sueño de los adolescentes [(N=55; edad media = 14,89 años, desviación estándar (DE) = 0,62; 53% afroamericanos y 47% blancos], los participantes completaron medidas de autoinforme sobre su uso de los medios. La calidad del sueño se midió mediante actigrafía durante 1 semana, y tanto la compensación del sueño como la eficiencia del sueño se extrajeron de los datos de dicha prueba. El resultado principal fue que la eficiencia del sueño se correlacionó negativamente con el tiempo diario dedicado a los mensajes de texto [coeficiente de correlación (r) = - 0,29; p <0,05)], el uso de medios con pantalla después de acostarse (r = - 0,32; p <0,05) y el número de despertares nocturnos por teléfonos móviles (r = - 0,33; p <0,05). La disminución de la eficiencia del sueño se relacionó con despertar más tarde, presumiblemente para compensar la pérdida de sueño durante la noche (r = - 0,33; p <0,05).
Un tercer estudio observacional (5) fue realizado para evaluar el efecto del uso de las nuevas tecnologías y las redes sociales sobre las horas de sueño y el funcionamiento diurno de los estudiantes de secundaria (3º-6º), durante el período escolar (PE) y el período de descanso de fin de semana / vacaciones (PV). Tambien se evaluó la duración estimada del sueño, el uso de pantallas (ordenador, tabletas, teléfonos inteligentes, consolas ...) y el impacto (mediante escala visual-analógica) sobre la calidad del sueño, el estado de ánimo y el funcionamiento diurno. Se recogieron preguntas sobre el comportamiento del adolescente antes de acostarse, a la hora de acostarse y por la noche en 786 cuestionarios; la edad media de los participantes fue 12,4 ± 1,24 años. El acceso a Internet era casi universal (98,3%), el 85,2% tenía teléfonos móviles y el 42,7% tenía un ordenador personal en su dormitorio. Las redes sociales fueron utilizadas por el 64,6% de los participantes. Después de la cena, el 52,6% pasó más de una hora frente a una pantalla y el 14,7% pasó más de 2 horas. Después de la hora de acostarse, el 51,7% usaba regularmente dispositivos electrónicos, de los cuales el 25,6% tenía una actividad basada en la pantalla (por ejemplo, mensajes de texto, redes sociales, videojuegos o televisión). Durante la noche, algunos adolescentes se despertaron para continuar con las actividades en la pantalla: 6,1% para jugar videojuegos en línea, 15,3% para enviar mensajes de texto y 11% para usar las redes sociales. La hora de acostarse y levantarse ocurrió más tarde en los adolescentes de mayor edad [(coeficiente de correlación (r) PE = 0,464 y r PV = 0,300; p <0,0001)] . La privación del sueño (≤6 horas) fue más frecuente en los de 3º curso (15% frente al 5% de los de 6º curso, p <0,0001). Los adolescentes privados de sueño tuvieron más dificultad para levantarse (p = 0,0003), mayor somnolencia diurna ( p <0,0001), irritabilidad ( p <0,0001) y tristeza ( p = 0,003) . El uso de ordenador (67 vs 33% p <0,0001), el teléfono movil (99% vs 80% p = 0,0001) o el teléfono inteligente (85% vs 66% p = 0,0001) fue más común entre los privados de sueño. Los autores concluyen que la presencia de dispositivos con pantalla en el dormitorio se asocia con una reducción del tiempo de sueño durante el horario escolar y tiene efectos negativos en el funcionamiento y el estado de ánimo durante el día.
Por último se han seleccionado cuatro revisiones narrativas(6-9) de las que se destacan algunas conclusiones:
- El uso de teléfonos inteligentes y tabletas puede influir negativamente en el desarrollo psicofísico del adolescente, como el aprendizaje, el sueño y la respiración(6). Además, se describen fenómenos de obesidad, distracción, adicción, ciberacoso y "Hikikomori" en adolescentes que utilizan dispositivos multimedia con demasiada frecuencia.
- El sueño deficiente en la infancia aumenta el riesgo de sueño deficiente y problemas de salud somáticos y psicológicos en la vida adulta(7). El tiempo excesivo frente a una pantalla por la noche aumenta el riesgo de que el sueño dure menos y aumente la somnolencia durante el día.
- Hay una asociación entre el uso de dispositivos con pantalla en el dormitorio y el retraso en la hora de acostarse y / o la disminución del tiempo total de sueño(8).
- Hay una asociación adversa entre el consumo de medios basados en pantallas y la salud del sueño, principalmente a través del retraso en la hora de dormir y la reducción de la duración total del sueño(9). Los mecanismos subyacentes de estas asociaciones probablemente incluyen lo siguiente:
- desplazamiento del tiempo (es decir, el tiempo que se pasa frente a las pantallas reemplaza el tiempo que se pasa durmiendo y otras actividades);
- estimulación psicológica basada en el contenido de los medios;
- los efectos de la luz emitida por los dispositivos sobre el tiempo circadiano, la fisiología del sueño y el estado de alerta.