Pregunta actualizada a 20 de noviembre de 2020
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Según los documentos consultados la automonitorización de la saturación de oxígeno en el domicilio del paciente con COVID-19 permite detectar situaciones de hipoxia silente y ofrece importante información al clínico y al paciente facilitando la toma de decisiones.
El sumario de evidencia (SE) de BMJ Best Practice sobre la COVID-19(1), explica que estos pacientes pueden desarrollar una hipoxia silenciosa en la que la saturación de oxígeno desciende a cifras bajas pudiendo precipitarse un fallo respiratorio agudo en ausencia de síntomas visibles de distrés respiratorio. Aunque este sumario aconseja el uso de la pulsioximetría domiciliaria para el manejo de estos pacientes, apunta que no se dispone de evidencia que apoye su uso en este ámbito.
Por su parte, el SE de Uptodate sobre la evaluación y el manejo del paciente ambulatorio con COVID-19(2) explica que el uso de un pulsioxímetro fiable en el domicilio por un paciente adecuadamente instruido en su uso podría aportar al clínico información útil sobre su situación clínica.
La guía de práctica clínica (GPC) de la OMS sobre el manejo en domicilio de las enfermos de COVID-19(3) considera que la pulsioximetría domiciliaria es un método fácil y no invasivo de medición de la saturación de oxígeno en pacientes con infección inicialmente leve o moderada o con hipoxemia silente que permite identificar a aquellos sujetos que precisan valoración médica, oxigenoterapia u hospitalización antes de que muestren signos de alarma o de empeoramiento.
El Servicio Nacional de Salud (NHS) de Reino Unido, en su GPC sobre prácticas generales en el contexto de COVID-19(4), indica que debería valorarse la necesidad de la pulsioximetría, cuando se disponga de ella, para la monitorización remota del paciente con sospecha de COVID-19 o COVID-19 confirmada. Y está pilotando un proyecto de seguimiento centralizado de automonitorización domiciliaria realizada con pulsioxímetros(5) en el que se instruye a los enfermos sobre cuándo deben pedir consejo o solicitar ayuda urgente en base a los niveles de oximetría detectados.
En un documento técnico sobre oxímetros de pulso(6), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) encuentra que los pulsioxímetros de uso no médico “podrían ser útiles para descartar la presencia de hipoxemia, aunque no serían adecuados para la evaluación del grado de ésta”. Según este documento, los pulsioxímetros de uso doméstico podrían ser útiles en la monitorización remota de enfermos de COVID-19 con factores de riesgo o situación de vulnerabilidad no hospitalizados, permitiendo detectar la hipoxia silente y la administración de un tratamiento precoz. También destaca que, aunque se trate de un recurso útil en la toma de decisiones, no sustituye a la evaluación clínica y no es, por sí solo, suficiente para el diagnóstico. Comenta, además, que es importante contar con un algoritmo claro de manejo ante una situación de deterioro de la saturación o disminución por debajo de un umbral establecido.
Además, de la información que nos aporta el anterior documento de la OPS(6) y una revisión narrativa(7) en él incluida, destacamos:
- Para la monitorización domiciliaria de la oximetría los dispositivos más adecuados son los pulsioxímetros de dedo. Estos pulsioxímetros de uso no médico han mostrado un valor predictivo negativo para descartar pacientes con hipoxemia (definida como SpO2 <90%) del 99%; sin embargo, su valor predictivo positivo sería tan solo del 33% y son poco precisos para saturaciones inferiores al 93%. Otros dispositivos de oximetría disponibles en los domicilios, como los basados en aplicaciones de teléfono móvil, son poco fiables*.
- Es importante una adecuada técnica de medición: retirar esmalte de uñas; realizar la medición en situación de reposo; calentar la extremidad antes de realizar la medición; usar el segundo, tercero o cuarto dedos de la mano; sólo aceptar medidas que se asocien a la presencia de una buena señal de pulso; realizar la medición durante 30-60 segundos e identificar el valor más frecuente.
- Determinadas situaciones pueden dar lugar a errores de medida: altitud; actividad física y modo de ventilar del paciente en el momento de la toma; alteración del equilibrio ácido/base; enfermedades vasculares que alteren el flujo pulsátil de los dedos y originen mala perfusión (insuficiencia cardíaca, arteriopatías); presencia de carboxi y metahemoglobina; color de la piel; luz ambiental muy brillante.
Finalmente, sobre la utilidad de estas mediciones domiciliarias de la oximetría comentamos un estudio prospectivo abierto(8) realizado con 209 pacientes con sospecha de COVID-19 (79 confirmados) y SpO2 >92% a los que se les facilitó un pulsipoxímetro para casa y se les dio instrucciones para realizar mediciones cada 8 horas y acudir al servicio de urgencias en caso de determinaciones persistentes de SpO2 <92% o sensación de necesitar atención médica urgente. Una cuarta parte de estos pacientes eran personal sanitario. Para el análisis de datos se utilizó la información de 77 de los 79 pacientes con infección confirmada. Precisaron ingreso 22 de estos 77 pacientes y la presencia de SpO2 domiciliaria en reposo <92% se asoció con una mayor probabilidad de hospitalización (riesgo relativo 7,0; intervalo de confianza del 95%: 3,4-14,5); P<0.0001). Esta SpO2 domiciliaria <92% también se asoció con un riesgo aumentado de ingreso en cuidados intensivos, síndrome de distrés respiratorio agudo y shock séptico. El 50% de los pacientes que tuvieron que consultar en urgencias por SpO2 baja en el domicilio y precisaron ingreso no tuvo otros síntomas asociados. Un tercio de los que no ingresaron afirmaban que habrían vuelto a consultar en urgencias si no hubieran tenido en casa el pulsioxímetro.