La búsqueda realizada no identifica guías de práctica clínica o sumarios de evidencia que recomienden la inclusión de la ecografía torácica en el abordaje diagnóstico de un paciente con sospecha de neumonía en el contexto de una infección COVID-19 o hagan referencia al papel que podría tener en dicha situación clínica.
En un documento de consenso de la Sociedad Española de Radiología Médica(1), publicado el 21 de marzo de 2020, se indica que:
“La ecografía torácica es una técnica de alta sensibilidad y especificidad para evaluar infecciones respiratorias y sus complicaciones. Además, se puede realizar a pie de cama, es rápida y no irradia al paciente. Sin embargo, en estos pacientes presenta una serie de inconvenientes:
- A pesar de la estandarización de la técnica, es complejo conseguir unos estudios perfectamente reproducibles y comparables, lo que dificulta evaluar la evolución solo con ecografía.
- En los cuadros poco avanzados, en los que predomina un patrón “en vidrio deslustrado” en la tomografía computerizada (TC), la ecografía es de interpretación más compleja y con una gran dependencia del técnico que realiza la prueba. De esta forma, se considera que no parece muy útil en la evaluación inicial de los pacientes de urgencia ni se debería incluir de forma protocolaria en estos casos.
- Supone una mayor exposición al personal que realiza la prueba si se compara con otras técnicas.”
El documento concluye al respecto que, en el contexto actual, la ecografía torácica no se plantea como una alternativa real a la TC torácica.
Por otra parte, la búsqueda en las bases de datos de estudios Medline, Embase y CENTRAL identifica dos series de casos(2,3), el informe de un caso(4) y dos editoriales(5,6) que abogan por la introducción de la ecografía pulmonar en el proceso diagnóstico del paciente con sospecha de neumonía por COVID-19. Los motivos que esgrimen los autores son, entre otros, el bajo coste y disponibilidad de la prueba, la posibilidad de realización en el punto de asistencia inicial al paciente (disminuyendo así la exposición a otros entornos y profesionales sanitarios y el traslado del paciente) y el que haya demostrado una precisión diagnóstica no inferior a la radiografía de tórax para el diagnóstico de procesos neumónicos.
El estudio más reciente es el informe de un caso(4) que describe que en un paciente joven con infección documentada por COVID-19 la realización temprana de una ecografía pulmonar permitió identificar la afectación neumónica. Como conclusión se sugiere que, además de su utilidad diagnóstica, la ecografía pulmonar puede tener otras ventajas, como la reducción de la exposición reducida de los profesionales sanitarios a los pacientes infectados, la posibilidad de ser repetida durante el seguimiento, los bajos costes y su más fácil aplicación en entornos de bajos recursos.
En la misma línea, Buonsenso et al refieren en una editorial(5) que durante la pandemia de COVID-19, es importante minimizar las interacciones entre los profesionales sanitarios y el paciente realizando solo los procedimientos necesarios; además refieren que existen varios estudios que muestran la precisión de la ecografía pulmonar en la detección de patologías pulmonares, desde neumonía bacteriana y viral hasta síndrome de dificultad respiratoria aguda y su no inferioridad respecto a la radiografía de tórax y al examen clínico. Y, en base a su experiencia en pacientes pediátricos, comentan que la realización de una ecografía pulmonar en el momento de la primera atención al paciente con sospecha de neumonía por COVID-19 podría reducir el riesgo de exposición de los profesionales sanitarios y también la necesidad de traslado del paciente desde la sala de consulta a la sala de radiología, y sugieren la promoción de su uso en este contexto clínico.
Una de las series de casos(2), publicada como carta al editor el 13 de marzo de 2020 tiene como objetivo evaluar el papel de la ecografía torácica en pacientes atendidos en un departamento de emergencias con neumonía por COVID-19. Doce pacientes (9 hombres y 3 mujeres, con una edad media de 63 ± 13 años) con síntomas similares a los de la gripe en los últimos 4 a 10 días y una infección por COVID-19 se sometieron a una ecografía pulmonar y una TC. Ninguno de los pacientes presentaba dificultad respiratoria grave (PaO2 / FiO2 257–376 mmHg).
En todos los pacientes, encontraron un patrón B difuso con áreas libres. Solo tres pacientes tuvieron consolidaciones subpleurales posteriores. La TC torácica, que se realizó en los 12 pacientes, mostró una fuerte correlación con los resultados de la ecografía: afectación pulmonar bilateral con opacidad en vidrio esmerilado; cinco de 12 pacientes tenían un patrón de pavimentación (“crazy-paving”). Se confirmó una neumonía establecida en cuatro pacientes y se detectó con la ecografía torácica.
Los investigadores señalan que son conscientes de que los datos son preliminares y que se necesitan más estudios para confirmar el papel de ecografía torácica en el diagnóstico de la neumonía por COVID-19, aunque recomiendan su uso para el diagnóstico temprano de la neumonía por COVID-19 en todos los pacientes que se presenten en el departamento de emergencias con síntomas que hacer sospechar la infección.
En la otra serie de casos, publicada por el “Chinese Critical Care Ultrasound Study Group”, se describen los hallazgos ecográficos de 20 pacientes con COVID-19. Los hallazgos característicos incluyeron: engrosamiento de la línea pleural con irregularidad; líneas B en una variedad de patrones que incluyen focal, multifocal y confluente; consolidaciones en una variedad de patrones que incluyen pequeños multifocales, no translobar y translobar con broncogramas de aire móviles ocasionales; y aparición de líneas A durante la fase de recuperación; los derrames pleurales fueron poco frecuentes. Los autores consideran que la ecografía pulmonar tiene una gran utilidad para el manejo de COVID-19 con afectación respiratoria debido a su seguridad, repetibilidad, ausencia de radiación, bajo coste y la posibilidad de usarla en el punto de atención. Sugieren que la TC de tórax puede reservarse para los casos en que la ecografía pulmonar no sea suficiente para la evaluación clínica. E indican también que la ecografía pulmonar puede ser de utilidad para valorar la evolución de la enfermedad, para monitorizar las maniobras de reclutamiento pulmonar, para guiar la respuesta a la posición prona, el manejo de la oxigenación por membrana extracorpórea, y para tomar decisiones relacionadas con el interrupción del soporte ventilatorio.