Los recursos de información farmacoterapéutica que se han consultado sobre bromuro de ipratropio (Atrovent®), salbutamol (Ventolín®) y budesonida (Pulmicort®) han sido las fichas técnicas de los tres fármacos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios y las evaluaciones farmacológicas de Lexicomp (que proporciona Uptodate) y Micromedex.
La información obtenida del ipratropio de bromuro(1-3) revela que su uso no provoca efectos secundarios relacionados con la diabetes; el salbutamol sí que produce hiperglucemia; y con respecto a la budesonida existe controversia. Se recomienda, tanto para el salbutamol como para la budesonida, la vigilancia de la glucemia en las personas diabéticas mientras dure el tratamiento a base de nebulizaciones con estos fármacos.
Con respecto al salbutamol, todos los recursos consultados(4-6) refieren que se utilice con precaución en pacientes con diabetes mellitus, ya que los agonistas beta2 pueden aumentar la glucosa sérica y agravar la diabetes y la cetoacidosis preexistentes. Añaden, no obstante, que estos efectos son más transitorios cuando se realiza la terapia de forma inhalada en comparación con la infusión intravenosa(6). En base a ensayos clínicos con adultos, comentan los documentos que cuando la indicación es la vía inhalada, el máximo aumento en la glucosa plasmática fue de 0,58 mmol / L (salbutamol, 400 mcg / día) y 1,15 mmol / L (salbutamol 800 mcg / día) frente a 1,23 mmol / L con placebo (en 12 pacientes tratados durante 14 días).
En cambio, cuando se habla de la budesonida, tanto la ficha técnica del fármaco(7), como la evaluación farmacológica de Lexicomp (8), no mencionan efectos secundarios ni precauciones a tener en cuenta en personas que sufren diabetes. Sin embargo en otra evaluación farmacológica, esta vez de Micromedex(9) sí se describe como efecto secundario la hiperglucemia y la diabetes tipo 2 y se indica utilizar con precaución en pacientes con diabetes mellitus o antecedentes familiares de diabetes y realizar seguimiento durante el tratamiento.
Un sumario de evidencia(10), acerca de los principales efectos secundarios de los glucocorticoides inhalados (GI), indica que el efecto de los GI sobre el metabolismo de la glucosa parece mínimo y limitado a aquellas personas que usan dosis altas, aunque se han informado resultados contradictorios, como se muestra en los siguientes estudios:
- La glucosa y la insulina en ayunas no cambiaron en adultos [estudio de casos y controles(11)] después de dosis de beclometasona de hasta 2.000 mcg al día, o en niños [un estudio longitudinal(12)] con budesonida hasta 800 mcg al día. En individuos que mantienen un buen control de la enfermedad, la dosis alta de beclometasona inhalada puede aumentar ligeramente la resistencia a la insulina. Sin embargo, en pacientes con asma mal controlada, las altas dosis de beclometasona y budesonida disminuyen paradójicamente la resistencia a la insulina y mejoran la tolerancia a la glucosa, lo que sugiere que la enfermedad en sí misma, puede conducir a anormalidades en el metabolismo de los carbohidratos.
- Un estudio de cohortes (13),realizado con 1.698 adultos que usaban GI para el manejo de su enfermedad pulmonar obstructiva crónica no encontró asociación entre GI y la glucosa sérica en sujetos sin diabetes, mientras que entre las personas con diabetes, se observó un aumento de la concentración de glucosa de 1,82 mg / dL (valor de p= 007; intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,49-3,15) por cada dosis adicional de 100 mcg / día.
- En otro estudio de cohortes (14)que utilizó una base de datos de seguros de salud de Quebec de 388.584 pacientes tratados por enfermedad respiratoria, el uso GI se asoció con un aumento en la tasa de aparición de diabetes definida como el empleo de un agente antidiabético por primera vez. Sin embargo, el estudio no evaluó el papel de la obesidad, que se asocia con asma más grave, ni el efecto de las posibles diferencias en los niveles de actividad entre pacientes con y sin enfermedad respiratoria.