Se ha realizado una búsqueda exhaustiva con los recursos habituales de este servicio y revisado amplia información acerca de la fibromialgia (FM), como sumarios de evidencia, guías de práctica clínica internacionales, consenso de profesionales y en ninguno de ellos, se hace referencia a la utilización de algún tipo de dieta para el manejo de síntomas. Tampoco hay revisiones sistemáticas que hayan evaluado la eficacia de esta intervención. En cambio, sí se han encontrado varias revisiones narrativas (RN) en las que se analiza esta cuestión y en todas ellas se concluye que se necesitan investigaciones más amplias y de mayor calidad para revelar cualquier posible relación entre FM y dieta.
Una RN (1) publicada en 2010, refiere que las dietas vegetarianas podrían tener algunos efectos beneficiosos probablemente debido al aumento de la ingesta de antioxidantes. Existe una alta prevalencia de obesidad y sobrepeso en las personas diagnosticadas de FM y el control de peso parece ser una herramienta eficaz para mejorar los síntomas. Sobre la utilidad de algunos suplementos alimenticios, los autores comentan que han encontrado muy pocos datos, y parece que se necesitan más estudios para probar cuáles podrían ser de ayuda. Concluyen que el asesoramiento dietético es necesario en estos individuos para mejorar sus dietas y mantener un peso normal. Y opinan que sería interesante investigar más en el campo de la nutrición y la FM para revelar cualquier posible relación.
Otra RN (2), indica que se utilizan diferentes tratamientos médicos para tratar la FM y las directrices recientes sugieren que el tratamiento óptimo consiste en un enfoque multidisciplinario con una combinación de modalidades de tratamiento farmacológico y no farmacológico. Entre los tratamientos no farmacológicos, se considera que la nutrición es una herramienta prometedora para las personas con FM. La obesidad y el sobrepeso, a menudo presentes en pacientes con FM, están relacionados con la gravedad de la FM que empeora la calidad de vida en términos de mayor dolor, fatiga, peor calidad del sueño y mayor incidencia de trastornos del estado de ánimo. El control de peso es, por lo tanto, una herramienta eficaz para mejorar los síntomas. Además, parece razonable eliminar algunos alimentos de la dieta de los pacientes con FM, por ejemplo, las excitotoxinas. La sensibilidad al gluten no celíaca se reconoce cada vez más como una afección frecuente con manifestaciones similares que se superponen con las de la FM y la eliminación del gluten de la dieta de los pacientes con FM se ha convertido recientemente en una posible intervención dietética para la mejora clínica. En resumen, de esta revisión se observa el potencial de intervenciones dietéticas específicas como herramientas no farmacológicas formando parte de un tratamiento multidisciplinario para personas con FM.
Recientemente, en otra RN(3), se ha propuesto que un desequilibrio de los componentes nutritivos, incluidos los iones metálicos esenciales y las vitaminas, podría desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de la FM. La revisión indica que el dolor muscular se ha asociado con deficiencias en aminoácidos, magnesio, selenio, vitaminas B y D, así como con los efectos nocivos de los metales pesados, como el mercurio, el cadmio y el plomo; también que la investigación sugiere que los pacientes deficientes en ciertos nutrientes esenciales pueden desarrollar disfunción de los mecanismos inhibidores del dolor junto con fatiga y otros síntomas de FM. Y además, el mercurio y otros elementos tóxicos pueden interferir con la biodisponibilidad de nutrientes esenciales. En consecuencia, los autores opinan que la orientación dietética es crítica para los pacientes con FM para ayudarlos a corregir una ingesta deficiente de nutrientes esenciales y comentan que cuando se alcanzan niveles óptimos de nutrición, los niveles de dolor generalmente disminuyen. Como conclusión recomiendan una investigación adicional en el campo de la FM y la nutrición para revelar otras posibles relaciones.