Según los documentos consultados, ante un neonato con fiebre sin foco y buen estado general, podría suspenderse el tratamiento antibiótico empírico si los cultivos son negativos a las 48 horas.
Los niños menores de un mes con fiebre tienen un mayor riesgo de presentar una infección bacteriana grave que el resto de la población pediátrica. Por ello, aunque una fiebre en un recién nacido sano con buen aspecto puede deberse a causas no infecciosas(1), los neonatos, por definición, no son considerados pacientes de bajo riesgo y precisan ingreso hospitalario con antibioterapia intravenosa empírica.
En caso de fiebre sin foco está indicada, entre otras, la recogida de cultivos de sangre y orina así como punción lumbar(2-4), y la duración del tratamiento antibiótico dependerá tanto de la situación clínica del neonato como del resultado de los cultivos.
El hecho de mantener un tratamiento antibiótico (de amplio espectro) en el neonato a pesar de hemocultivos negativos puede ser perjudicial pudiendo aumentar el riesgo de infección fúngica invasiva, enterocolitis necrotizante o muerte. Además conduce a una selección de patógenos multirresistentes y aumenta el riesgo de sepsis tardía(5).
El sumario de evidencia de UpToDate(3) sobre el manejo del niño menor de 3 meses con fiebre explica que en los neonatos (0-28 días) con buen aspecto, si no hay una sospecha de infección herpética (VHS), y los cultivos de orina y sangre son negativos a las 48 horas, podría procederse a un periodo de observación hospitalario de 24-48 horas sin antibióticos.
Como precaución ante esta actitud, avisan que, a pesar de un buen estado general, en caso de que el niño haya estado recibiendo profilaxis antibiótica o un tratamiento antibiótico los 7 días previos, puede tener una infección bacteriana invasiva con cultivos negativos.
La fiebre puede persistir a pesar de la negatividad de los cultivos, y si el niño permanece enfermo o no mejora de la forma esperada debería ser reevaluado cuidadosamente.
Coincide con estas recomendaciones el documento de consenso de 2017 de la Sociedad Argentina de Pediatría(6) sobre el uso adecuado de antibióticos en el niño menor de 36 meses que indica que “el tratamiento deberá reevaluarse a las 48-72 horas y adecuarse o suspenderse, según la evolución clínica y el resultado de los cultivos”.
En cuanto a la duración del tratamiento del niño con sospecha de sepsis y cultivos negativos existe controversia y se recomiendan, en general, pautas de 3-7 días(7).
Una revisión narrativa(7) que aborda el uso de antibióticos en el periodo perinatal y neonatal recoge entre las razones para prolongar los tratamientos antibióticos la fiabilidad de aquellos cultivos obtenidos con muestras pequeñas de sangre o la administración de antibióticos intraparto. Sin embargo explica que los sistemas automatizados de hemocultivos y los medios de cultivo enriquecidos logran identificar la mayoría (>94%) de microorganismos en 48 horas (incluso ante recuentos bajos de colonias), y la administración materna periparto de antibióticos no parece prolongar el tiempo de positivización de los cultivos en los niños con sepsis de inicio precoz. Otros autores(8) recogen datos de estudios con positividades más elevadas que llegan a ser del 96% a las 48 horas y 98% a las 72 h.
Finalmente comentamos un ensayo clínico aleatorizado(8) realizado con una muestra de 60 niños (30 en cada grupo) que comparó una pauta antibiótica empírica intravenosa de 3 días frente a otra de 5 días en neonatos con sospecha (hemocultivos negativos) de sepsis de inicio precoz. Los niños pesaban más de 1.500g o tenían edad gestacional mayor de 34 semanas. El resultado principal medido fue el fallo del tratamiento, definido como la reaparición de los síntomas de sepsis en las 2 semanas posteriores a la supresión del antibiótico. No hubo diferencia significativa: 1 fallo de tratamiento en el grupo de 3 días frente a ningún fallo en el grupo de 5 días (P = 0,5). Los autores consideran que el hecho de que los hemocultivos fueran negativos podría deberse a que los síntomas, bastante inespecíficos, no se debieran a una sepsis neonatal.