La pauta actual de vacunación frente al sarampión implica la vacunación en la infancia con dos dosis de vacuna triple vírica (frente a sarampión, rubeola y parotiditis) administradas a los 12 meses y a los 4 años (ver calendario vacunal en la página de Vacunaciones de Murciasalud).
Se asume que la vacuna da lugar a una inmunidad a largo plazo(1,2) y, en el momento actual, no se recomienda volver a vacunar de forma rutinaria en la edad adulta si se constata una adecuada vacunación previa(3,4).
En una guía de práctica clínica del comité asesor sobre vacunación de los “Centers for Disease Control and Prevention” (CDC)(1) se comenta, sobre la duración de la inmunidad frente al sarampión después de la vacunación, que, tanto la evidencia serológica como la epidemiológica indican que las vacunas que contienen sarampión inducen una inmunidad duradera en la mayoría de las personas y que aproximadamente el 95% de las personas vacunadas examinadas 11 años después de la vacunación inicial y 15 años después de la segunda dosis de la vacuna triple vírica (que contiene la cepa Enders Edmonston) tenían anticuerpos detectables contra el sarampión.
No obstante, el análisis longitudinal de los títulos de anticuerpos sugiere la existencia de una evanescencia de la inmunidad(5,6), de relevancia a nivel poblacional desconocida pero que podría ser uno de los factores que explicase los casos de sarampión ocurrido en población adecuadamente vacunada; estos casos se observan con mayor frecuencia a partir de los 15 -20 años tras la segunda dosis vacunal.
Una revisión retrospectiva analizó los datos de los casos de sarampión reportados a la OMS por sus estados miembros durante el período 2013-2017(7). Los autores se planteaban, ante el estancamiento observado en la incidencia global del sarampión y los grandes brotes producidos en poblaciones con alta cobertura de vacunación, si la recomendación de dos dosis de vacuna es suficiente para eliminar el sarampión, dado que algunos casos de sarampión han ocurrido en personas con documentación de haber recibido dos dosis de vacuna. Concretamente en esta revisión, entre los 626.289 casos de sarampión analizados, 38.677 (25%) ocurrieron en personas que habían recibido dos dosis de vacuna.
En definitiva, en países con altas coberturas mantenidas de vacunación la ausencia de circulación del virus salvaje provoca que la inmunidad postvacunal vaya decayendo ("waning") por falta de estímulo inmune. Es por ello que, en caso de brote epidémico, esos países suelen tener una mayor proporción de casos en vacunados(8). A este respecto y a la vista de la actual situación epidemiológica, algunos países y para colectivos muy concretos, se están planteando una tercera dosis de vacuna triple vírica(9,10).
Por último comentar que en dos recientes estudios de cohortes(11,12) se muestra que los casos de sarampión que ocurren por fallo vacunal secundario (es decir debido a disminución de la inmunidad en sujetos que han recibido dos dosis de vacuna) son de menor gravedad que los que se producen en individuos no vacunados o con vacunación incompleta.