Tras la búsqueda realizada con los recursos habituales de este servicio no se ha identificado ningún estudio que evalúe la necesidad de cambiarse los guantes entre una extracción sanguínea y otra en los Centros de Salud de Atención Primaria en nuestro entorno sanitario.
Un documento de la OMS(1) sobre seguridad de las inyecciones y los procedimientos conexos, recomienda, en cuanto al uso de guantes en asistencia sanitaria, que los momentos en los que se deben cambiar son:
- Entre tareas y procedimientos realizados en el mismo paciente y después de estar en contacto con material que pueda contener una concentración elevada de microorganismos;
- Durante un procedimiento, si los guantes están visiblemente sucios, rotos o pinchados;
- Tras el contacto con cada paciente.
Un Best Practice de la OMS(2) indica que al extraer sangre, los trabajadores de la salud deben usar guantes no estériles bien ajustados, y también deben llevar a cabo la higiene de las manos antes y después de cada procedimiento con el paciente, antes de ponerse los guantes y después de quitarlos, y recomienda de manera específica que no se use el mismo par de guantes con más de un paciente
Un manual sobre extracciones sanguíneas(3) indica que deben ponerse guantes nuevos antes de realizar la venopunción en cada paciente y que no está permitido quitar las yemas de los dedos de los guantes.
Un manual de Procedimientos básicos de Enfermería en Atención Primaria(4) señala que se deben utilizar guantes no estériles para realizar la extracción sanguínea y tras ella, desechar el material utilizado en el contenedor adecuado.
Por último un SE(5) sobre prevención de transmisión de infecciones, indica con respecto al uso de guantes, que los profesionales de la salud deben usar guantes en situaciones en las que sea posible la exposición a sangre o secreciones corporales ya que proporcionan una barrera protectora para el trabajador sanitario y para el paciente. Normalmente se utilizan guantes de examen no estériles. Así mismo indica que usar guantes no reemplaza la necesidad de higiene de las manos y que estos deben cambiarse entre los encuentros con los pacientes.