Tras la búsqueda realizada se han localizado tres Guias de Práctica Clínica (GPC)(1,2,4) y un consenso de profesionales, que indican, con respecto al equipo de transfusión, que en casos de ritmo de infusión lento o en pacientes pediátricos, pueden utilizarse bombas de infusión con equipos específicos para la administración de sangre, aunque solo se deberían utilizar bombas de infusión aprobadas para este uso.
Una GPC(1), actualizada en enero de 2018, señala que las bombas de infusión volumétrica se utilizan para administrar productos sanguíneos cuando:
• Se requieren tasas de flujo controladas para pacientes específicos(2); por ejemplo, los pacientes pediátricos o aquellos en riesgo de sobrecarga de fluidos.
• La infusión de hemoderivados por gravedad no es confiable; por ejemplo, a través del catéter central de inserción periférica (PICC, por sus siglas en inglés) o cánula de pequeño calibre.
Las bombas de infusión volumétrica se pueden usar para administrar productos a través de líneas periféricas o dispositivos de acceso venoso central (DAVC).
Esta misma GPC(1) reproduce la lista de verificación para bombas de infusión volumétrica:
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Al infundir componentes sanguíneos a través de una bomba de infusión volumétrica, se debe usar un equipo de administración de sangre que incorpore un filtro de 170–200 micras.
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Si se debe agregar un filtro de 170 a 200 micras al conjunto de administración como un elemento separado, debe ser compatible con todos los demás equipos utilizados en el proceso de transfusión.
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El personal que usa bombas de infusión volumétrica debe demostrar conocimiento y competencia en el uso de tales bombas de acuerdo con la política de los servicios de salud.
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El procedimiento de verificación antes de transfundir debe incluir la comprobación de la configuración del dispositivo, así como del producto sanguíneo y de la identidad del paciente.
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Tanto la configuración de la bomba como el volumen administrado deben controlarse cada hora durante la infusión para garantizar que se administra el volumen esperado.
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Cualquier resultado adverso como consecuencia del uso de una bomba para transfundir sangre debe notificarse a la autoridad correspondiente, según las pautas del hospital.
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Las bombas de infusión volumétrica deben someterse a un programa de mantenimiento regular.
Un documento de consenso(3) sobre la transfusión de componentes sanguíneos (glóbulos rojos, plaquetas, plasma fresco congelado, crioprecipitado y granulocitos), indica que se pueden usar dispositivos de infusión por gravedad o electrónicos para la administración de componentes sanguíneos de acuerdo con las instrucciones del fabricante. El volumen transfundido debe ser monitorizado regularmente durante la infusión para asegurar que el volumen esperado se transfunda a la velocidad requerida.
También comenta que se pueden usar dispositivos de infusión rápida cuando se deben infundir grandes volúmenes rápidamente, como en una hemorragia masiva. Los dispositivos de presión externos solo deben usarse en una situación de emergencia junto con una cánula o dispositivo de acceso venoso de gran calibre y deben estar certificados por el fabricante para su uso en transfusiones rápidas de componentes sanguíneos y usarse de acuerdo con las instrucciones del fabricante.
Por último otra GPC(4) sobre uso de componentes sanguíneos recomienda de manera específica en el caso de los niños, que los dispositivos para el acceso vascular y la administración rápida de sangre deberían ser apropiados para el tamaño del niño y la tasa de pérdida de sangre, ya que los niños corren un riesgo particular de desequilibrio electrolítico e hipotermia durante la administración rápida de hemoderivados.