La búsqueda realizada no ha identificado ningún ensayo clínico que compare la efectividad de diferentes técnicas de relajación para mejorar los tics en personas diagnosticadas de Síndrome de Tourette. Se han identificado dos Sumarios de Evidencia (SE)(1,2) y una Revisión Sistemática (RS) (3) en las que se recomienda terapia conductual y una Guía de Práctica Clínica (GPC) (4) en la que se recomiendan como técnicas de relajación, la relajación muscular progresiva y la respiración diafragmática.
Los dos SE en Uptodate (1) y DynaMed (2) coinciden en la recomendación de una terapia conductual llamada entrenamiento para revertir el hábito (TRH), indicando que puede ser eficaz para mejorar los tics y controlar los síntomas en el Síndrome de Tourette. Consta de dos componentes principales que son:
● Entrenamiento sobre el conocimiento de los tics, que enseña a los pacientes a reconocer los signos tempranos que preceden a la aparición de un tic.
● Entrenamiento de respuesta competitiva, que enseña a los pacientes a realizar un movimiento voluntario que es incompatible con el tipo particular de tic.
La RS (3) indica que se debe proporcionar psicoeducación al joven y la familia con respecto a los tics, los síntomas comunes, los riesgos relacionados con afecciones concurrentes, el curso típico de la enfermedad a lo largo de la vida, el pronóstico (25% de las personas mantienen los tics hasta la edad adulta) y lasopciones de tratamiento. También se deberían tener en cuenta y revisar los factores típicos de exacerbación (por ejemplo, enfermedad, estrés, calor) y de alivio (por ejemplo, descanso, escuchar música).
Comentan los autores que la intervención conductual ofrece una alternativa no farmacológica al tratamiento de los tics. La mayoría de los que tienen tics los experimentan como algo voluntario; además, muchos individuos con tics describen una sensación de aversión distinta o una acumulación de tensión que se alivia con la expresión de tic, llamado un impulso premonitorio, este patrón de acumulación y liberación de tensión es similar a la relación entre obsesiones y compulsiones en el Trastorno Obsesivo Compulsivo, pero con un desencadenante sensorial en lugar de cognitivo. De manera similar, la expresión del tic elimina la sensación premonitoria aversiva, así como completar la compulsión elimina la obsesión, lo que sugiere que los tics se mantienen, en parte, por refuerzo negativo (es decir, la eliminación de un estímulo desagradable).
La intervención conductual con el apoyo empírico más fuerte se basa en esta formulación y se denomina entrenamiento de inversión de hábitos (TRH). Los componentes típicos de la TRH incluyen la capacitación de sensibilización, la construcción de una respuesta competitiva y el apoyo social. Se ha demostrado que la TRH tiene eficacia en jóvenes con una intensidad de tic moderada o mayor en comparación con aquellos que no reciben TRH.
Una GPC (4) sobre diagnóstico y tratamiento del síndrome de Tourette y trastornos de tics, describe lo que denomina “La intervención global de comportamiento para tics ("Comprehensive Behavioral Intervention for Tics” , CBIT), que se define como un tratamiento conductual no farmacológico diseñado para enseñar a los pacientes y sus familias un conjunto específico de habilidades para reducir la frecuencia, la intensidad y el impacto general de los tics motores y vocales. La CBIT tiene dos componentes terapéuticos principales: entrenamiento para la reversión de hábitos ("habit reversal training") y tratamiento basado en las funciones ("function-based treatment"). Muchas personas señalan que sus tics empeoran con la ansiedad y el estrés, y que por lo tanto, normalmente se emplean técnicas de relajación durante la CBIT para reducir la ansiedad, el estrés y la tensión general. Las técnicas de relajación a las que hace referencia esta GPC son la relajación muscular progresiva y la respiración diafragmática.