Tal y como esta planteada, en realidad hay dos preguntas diferentes:
1.¿El uso de sistema de retroalimentación en pacientes en parada cardio-respiratoria, mejora la calidad de las compresiones torácicas?
2. ¿Hay mejores resultados para el paciente en cuanto a supervivencia y daño neurológico?
En la búsqueda realizada y debido a la naturaleza de la investigación de resucitación, se han completado pocos ensayos controlados aleatorios en humanos, por lo que la fuerza de las evidencias es baja.
En base a las conclusiones de una revisión sistemática (RS), un sumario de evidencia (SE), una guía de práctica clínica (GPC) y un estudio observacional, en la resucitación cardiopulmonar (RCP), la utilización de sistemas de retrolimentación (feedback, para medir la calidad de las compresiones torácicas) consigue mejorar la calidad de estas compresiones, aproximándolas a las recomendadas, que las sitúa en: " 5-6 cm de profundidad en el adulto y con una frecuencia de 100-120 compresiones por minuto". La resucitación cardiopulmonar (RCP) de alta calidad sigue siendo un objetivo fundamental de cara a mejorar la supervivencia ante la muerte súbita. Por otro lado no hay evidencia de que esto se traduzca en mejores resultados en términos de daño neurológico para el paciente.
La RS(1), publicada en 2014, trata de responder a las siguientes preguntas: ¿El uso de dispositivos de retroalimentación mejora la calidad de la RCP realizada por profesionales de la salud cuando se entrena en maniquíes en comparación con ningún dispositivo? ¿El uso de dispositivos de retroalimentación mejora los resultados del paciente, (supervivencia hasta el alta hospitalaria y la supervivencia neurológicamente intacta) y la calidad de los parámetros de RCP en los paros cardíacos en comparación con ningún dispositivo?. En esta revisión se incluyeron 20 estudios, de los cuales tres se han realizado en humanos, incluyendo a un total de 2100 personas, y diecisiete en maniquí. De los tres estudios en humanos, todos se realizaron en adultos, dos incluyeron solo casos de paro cardíaco extrahospitalario y un estudio solo incluyó paro cardíaco intrahospitalario. Los tres estudios usaron el mismo dispositivo de retroalimentación. No hay ensayos controlados aleatorios individuales relevantes publicados en humanos, sin embargo, hubo un ensayo aleatorizado grupal y dos estudios con controles retrospectivos en humanos.
Los diecisiete estudios de maniquí investigaron varios dispositivos de retroalimentación y un monitor de detección de presión experimental. Un estudio comparó varios tipos de dispositivo de retroalimentación para controlar (sin dispositivo).
Los autores concluyen que, aunque el uso de los dispositivos de retroalimentación, tanto en maniquí como en humanos, mejoran la calidad de la reanimación cardiopulmonar (RCP) y esta se realiza en parámetros de compresión torácica más cercanos a las recomendaciones, no hay evidencia de que esto se traduzca en mejores resultados para el paciente y se recomienda más investigación.
El SE en UpToDate(2) indica que los estudios demuestran que tanto en el ámbito hospitalario como en el extrahospitalario, las compresiones torácicas a menudo se realizan incorrectamente, de forma inconsistente y con interrupción excesiva. En este sumario se recomienda que las compresiones torácicas deben tener la profundidad suficiente (5 a 6 cm, o 2 a 2.5 pulgadas, en adultos) y la frecuencia (entre 100 y 120 por minuto), y permitir el retroceso completo del pecho, entre las compresiones, para que estas sean efectivas. Según este sumario, las compresiones torácicas que se realizan correctamente tienen prioridad sobre la ventilación durante el período inicial de soporte vital básico. También indica que la evaluación y la retroalimentación inmediata sobre los parámetros clínicos importantes, como la frecuencia y la profundidad de las compresiones torácicas, la suficiencia del retroceso del tórax entre las compresiones y la frecuencia y fuerza de las ventilaciones, pueden mejorar la RCP.
La GPC(3) de resucitación cardiopulmonar publicada por el consejo europeo en el año 2015, indica que además de la activación precoz de todos los eslabones de la cadena de supervivencia, la resucitación cardiopulmonar (RCP) de alta calidad sigue siendo un objetivo fundamental de cara a mejorar la supervivencia ante la muerte súbita. En este sentido, en las guías actuales se establecen rangos óptimos para las compresiones torácicas de 5-6 cm de profundidad en el adulto y con una frecuencia de 100-120 compresiones por minuto, permitiendo que el tórax se expanda por completo después de cada compresión y minimizando las interrupciones. La guía incluye un algoritmo de soporte vital avanzado, en la que se incluye un apartado para que el reanimador considere la utilización de ecografía, dispositivos de compresiones torácicas mecánicas, coronariografía e intervención percutánea coronaria, así como RCP extracorpórea, sin embargo no se recomienda de forma explícita la utilización de dispositivos mecánicos de compresiones torácicas, salvo también en casos seleccionados.
Un estudio observacional retrospectivo(4) que investiga la relación entre la tasa de compresión y la supervivencia. Los datos se extrajeron de las grabaciones de monitor desfibrilador durante los primeros cinco minutos de la (RCP) de un servicio médico de emergencia. La regresión logística múltiple evaluó la odds ratio para la supervivencia según las categorías de tasa de compresión (<80, 80-99, 100-119, 120-139, ≥140), tanto sin ajustar como ajustada por sexo, edad, intento de reanimación cardiopulmonar, ubicación de deteccción, fracción y profundidad de compresión del pecho, primer ritmo y sitio de estudio. Los datos de la tasa de compresión estaban disponibles para 10.371 pacientes; 6.399 también tenían datos de fracción de compresión del pecho y profundidad. La edad (media ± DE) fue de 67 ± 16 años. La tasa de compresión del pecho fue de 111 ± 19 por minuto, la fracción de compresión de 0.70 ± 0.17 y la profundidad de compresión de 42 ± 12 mm. La circulación se restauró en un 34%; 9% sobrevivió al alta hospitalaria. Se encontró una relación significativa entre la tasa de compresión y la supervivencia (p = 0,02), teniendo el grupo de referencia (100-119 compresiones / min) mayor probabilidad de supervivencia. Por lo que los autores concluyen que, después del ajuste para la fracción de compresión y la profundidad del tórax, las tasas de compresión entre 100 y 120 por minuto se asociaron con una mayor supervivencia al alta hospitalaria.