No hemos identificado ningún ensayo clínico en el que se evalúe la efectividad de la plasmaféresis y/o las inmunoglobulinas intravenosas (IGV) en el tratamiento de alguno de los subtipos del síndrome de Guillain Barré; y tan solo hemos localizados dos series retrospectivas de casos(1,2) en las que se revisa el tratamiento aplicado a pacientes con el síndrome de Miller Fisher, considerado un subtipo del síndrome de Guillain Barré caracterizado por la presencia de oftalmoplejia, ataxia y arreflexia y que tiene un mejor pronóstico que otros subtipos(3).
Las dos series de casos diagnosticados de síndrome de Miller Fisher(1,2) muestran que no hay diferencias en el tiempo de recuperación total clínico entre la plasmaféresis, las inmunoglobulinas y el tratamiento conservador; aunque la mejoría de la ataxia fue ligeramente más rápida con el tratamiento con IGV.
- Una de las series(1) fue constituida por un total de 92 pacientes de los que 28 fueron tratados con IgIV, 23 con plasmaféresis y 41 no llevaron ningún tratamiento inmune. Al comparar la evolución del grupo tratado con IgIV versus el de ningún tratamiento, hubo una mejoría de la oftalmoplejía en 12 días frente a 13,5 días (p = 0,04) y de la ataxia en 8 días vs. 10 días (p = 0,027); sin que hubiera diferencias significativas entre los grupos en el tiempo hasta la desaparición de los síntomas.
- La otra con 65 pacientes, fueron tratados 8 con IGV, 3 con plasmaféresis y 23 con corticoides(2). Tan solo en el análisis según el método de Kaplan-Meier, la recuperación de la ataxia fue más rápida entre los tratados con IGV en relación a los otros grupos (p=0,024); sin que hubiera diferencias en la tasa de recuperación, ni en el tiempo de recuperación total, ni en otras variables, según el tipo de tratamiento.
El sumario de evidencia de Dynamed plus del síndrome de Guillain Barré(4), en base a los resultados de una de las series(1) resume que:" el tratamiento con IGV, pero no la plasmaféresis, podría estar asociado a una mejoría ligeramente más rápida de la ataxia o la oftalmoplejia, pero sin efecto en el tiempo total de recuperación completa (nivel 2 -medio- de evidencia)".
Una guía de práctica clínica sobre el uso de las IGV en enfermedades neurológicas, publicada en 2012(5), concluía que no había ensayos clínicos realizados en el síndrome de Miller Fisher; por lo que la evidencia era insuficiente para apoyar o rechazar el tratamiento con IGV en estos pacientes.