En el banco de preguntas PREEVID hay una pregunta relacionada realizada en marzo de 2014 que revisaba los resultados de pinzar o no pinzar los catéteres urinarios antes de su retirada y no obtenía una respuesta concluyente: mientras que algunos estudios consideraban que se debía retira la sonda tras un período de drenaje libre sin pinzamiento previos, otro establecía que el pinzamiento del catéter urinario es eficaz para facilitar la función de la vejiga.
Se ha actualizado la búsqueda y se ha encontrado una revisión sistemática (RS) con metaanálisis y un Ensayo Clínico Aleatorio (ECA) que no encuentran que pinzamiento del sondaje vesical previo a la retirada del catéter tenga un efecto beneficioso para el paciente.
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La RS (1) que incluyó un total de nueve ensayos y 927 participantes, se llevó a cabo para investigar la necesidad de pinzar el catéter permanente a corto plazo antes de su extracción en pacientes adultos. Esta revisión incluyó estudios con pacientes quirúrgicos, sólo un estudio incluyó pacientes con accidente cerebrovascular.
Los resultados de los estudios mostraron que no existían diferencias significativas entre los grupos de pinzamiento y liberación de orina en relación con el riesgo de recateterización, retención de orina, síntomas subjetivos relacionados con la micción, la tasa de infecciones del tracto urinario y las percepciones subjetivas de los pacientes de los síntomas relacionados con la micción. La evidencia limitada obtenida de esta revisión no proporciona una base sólida para anular las pautas existentes.
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Un ECA(2), cuyo objetivo era determinar el efecto del pinzamiento del catéter urinario permanente antes de su retirada en el reacondicionamiento de la vejiga, incluyó a 210 pacientes con cáncer de cuello uterino después de una histerectomía radical. Setenta pacientes fueron asignados al grupo de pinzamiento (intervención) y 128 al grupo sin pinzamiento (control) con características basales similares. Los días del sondaje previo fueron 13,20 ± 0, 79 para el grupo intervención frente a 13,38 ± 1,04 del grupo control; la incidencia de infección del tracto urinario fue de 22,9% para el grupo intervención frente a 20,3% en el grupo control, sin diferencias significativas entre los dos grupos. Diez pacientes en el grupo intervención y 19 en el grupo control precisaron un nuevo sondaje vesical, cuya incidencia no mostró diferencias significativas (14,3% frente a 14,8%). Sin embargo, el volumen residual de orina 24 horas después de la retirada de la sonda fue mayor en el grupo intervención que en el grupo control. Este ECA concluye que el reacondicionamiento de la vejiga a través del pinzamiento vesical del catéter urinario puede no contribuir a restaurar la función de la vejiga en pacientes después de una histerectomía radical, y puesto que el pinzamiento del catéter urinario permanente puede aumentar el volumen residual de orina después de la extracción del catéter urinario permanente, no debe recomendarse en pacientes con cáncer cervical postoperatorio.
El SE(3) de UpToDate indica, con respecto a la retirada del catéter urinario, que las estrategias más efectivas para reducir las complicaciones infecciosas de los catéteres urinarios son evitar el cateterismo innecesario y la extracción del catéter cuando el catéter ya no está indicado, pero no hace referencia a si es necesario el pinzamiento o no.