Varias revisiones sistemáticas confirman las ventajas, sobre todo en incremento de la supervivencia, cuando la aspirina se continúa tomando, o se inicia, tras el diagnóstico de cáncer. Este beneficio de la aspirina ha sido más estudiado en pacientes con cáncer colo-rectal, de mama y de próstata. El efecto, cuando ha sido estudiado en el subgrupo de pacientes con cáncer avanzado (en pacientes con cáncer de próstata), fue mayor comparado con otros estadíos. Todas las revisiones coinciden en que son necesarios ensayos clínicos randomizados amplios para confirmar estos hallazgos, sin que pueda establecerse en este momento una recomendación general para todos los pacientes con cualquier localización de cáncer y cualquier estadío diagnóstico.
Hemos identificado tres revisiones sistemáticas, con un enfoque amplio para todas las localizaciones y tipo de neoplasias:
- Una publicada en 2016(1) realizó una búsqueda sistemática de la literatura científica sobre el efecto de la aspirina tomada por pacientes después de un diagnóstico de cáncer. Se identificaron cinco ensayos aleatorizados, junto con cuarenta y dos estudios observacionales: dieciséis en cáncer colorrectal, diez de cáncer de mama y diez en la mortalidad por cáncer de próstata. El análisis agrupado de once estudios observacionales del efecto de la aspirina sobre la mortalidad por causa específica del cáncer de colon, mostró un "Hazard ratio"(HR) de 0,76 (IC del 95% de 0,66 a 0,88). El efecto beneficioso en cáncer avanzado fue mayor en relación a otras etapas, cuando se estudió en pacientes con cáncer de próstata. Para las neoplasias de esófago, cabeza y cuello, leucemia linfocítica crónica y cáncer de pulmón tan solo se identificó un estudio, mostrando en todos una mejora de la supervivencia; aunque en cáncer de pulmón no ofreció los intervalos de confianza del HR tras el análisis multivariante. Los autores concluyeron en la necesidad de contar con ensayos aleatorizados de tratamiento con aspirina en una variedad de tipos de cáncer. Mientras se esperan estos resultados, existe una necesidad urgente de evidencia de estudios observacionales de la aspirina y los cánceres menos comunes, y valoran que los pacientes en los que se diagnostica un cáncer deben recibir detalles de los resultados de la investigación conocida, junto con sus limitaciones, para permitirles a cada uno tomar una decisión informada sobre si tomar o no una dosis baja de aspirina.
- Las otras publicada en 2012(2,3) incluyeron estudios descriptivos y/o ensayos clínicos randomizados y mostraron que el uso regular de aspirina se asoció con una proporción reducida de cánceres con metástasis a distancia.
Otras revisiones sistemáticas centradas en pacientes diagnosticados de cáncer colo-rectal (4,5,6), próstata(7) o cáncer de mama(8), mostraron un incremento de la supervivencia, o una disminución de la recurrencia, o de la aparición de metástasis, cuando la aspirina se tomaba una vez establecido el diagnóstico de cáncer.
Los sumarios de evidencia sobre cáncer colo-rectal de Uptodate(9,10) , en relación al empleo de la aspirina en pacientes ya diagnosticados, señalan que los estudios descriptivos sugieren que el uso de aspirina puede mejorar la supervivencia entre los pacientes que reciben tratamiento. Sin embargo, se necesita una confirmación prospectiva del beneficio de la aspirina en ensayos clínicos aleatorizados antes de recomendar el uso habitual de aspirina a los pacientes tras de cirugía de cáncer colo-rectal, dado el daño potencial de su empleo (p. ej., Hemorragia gastrointestinal). Las pautas actualizadas de las guías de práctica clínica para el seguimiento, la vigilancia y la prevención secundaria en pacientes de cáncer colo-rectal no avalan el uso habitual de aspirina o un inhibidor de la ciclooxigenasa, en ningún grupo de pacientes.Sin embargo muchos oncólogos, incluidos algunos de los autores del sumario, recomiendan de 80 a 325 mg de aspirina con cubierta entérica diariamente a los pacientes con cáncer colorrectal operado en estadío III, a menos que tengan una contraindicación (coagulopatía, en terapia con anticoagulantes, historia de gastritis o de úlcera péptica).