Según los sumarios de evidencia revisados(1,2), la presencia de anhidrosis es una de las características que define clásicamente el síndrome de Horner, aunque no todos los pacientes lo perciben de manera espontánea; y en los niños puede presentarse, en vez de anhidrosis, una rubefacción hemifacial (síndrome de Arlequín). La tríada clásica (ptosis parpebral, miosis y anhidrosis) no se observa en todos los casos en los que se establece el diagnóstico de síndrome de Horner(3) y suele estar presente en aquellas etiologías en las que la afectación del sistema nervioso simpático es central o preganglionar. Cuando se confirma la afectación del sistema nervioso simpático unilateral en la cara, pero no están presentes todos los signos clásicos, se habla de síndrome de Horner incompleto(3).
No hemos encontrado series amplias de pacientes, diagnosticados de síndrome de Horner, que describan la frecuencia concreta de anhidrosis, pero sí hay descritos casos concretos en los que se diagnostica de síndrome de Horner incompleto, sin que haya constancia de anhidrosis unilateral(4,5,6).