Tras la búsqueda se han seleccionado 3 Revisiones Sistemáticas (RS), 1 actualización de una Guía de Práctica Clínica (GPC), y un Ensayo Clínico Aleatorizado (ECA) que evalúan y hacen recomendaciones con respecto a la termoterapia de alta frecuencia (AF) o “termoterapia profunda” para la osteoartritis (OA), por ejemplo la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea, el ultrasonido o la diatermia de onda corta. La termoterapia de AF se lleva a cabo mediante la aplicación y transformación de energía electromagnética, de una banda del espectro electromagnético no térmica, conformada por corrientes alternas que oscilan de 0.5 Mhz hasta 2.450 Mhz (millones de hercios), que al ser introducida en el organismo se transforma en energía electromagnética en otra banda distinta y más alta del espectro, la del calor. La AF se clasifican en: onda corta, ultra corta y microonda.
En general, no recomiendan ni desalientan la termoterapia de AF como tratamiento de la OA, aunque señalan que los resultados también confirman que ninguna de las intervenciones de termoterapia de AF es peligrosa.
Una de las RS mide la efectividad del tratamiento con diatermia de ondas cortas (SWD, por sus siglas en inglés) en el manejo de la OA de rodilla (OAR) y evalúa si los efectos están relacionados con la inducción de un efecto térmico.(1) Se incluyeron siete estudios. Los protocolos de tratamiento (dosis, duración, número de tratamientos) variaron ampliamente entre los estudios. El metanálisis de los estudios con potencia media baja no favoreció el tratamiento con SWD para la reducción del dolor, mientras que los resultados de los estudios que emplearon algún efecto térmico fueron significativos. No se determinó ningún efecto de tratamiento sobre las medidas de rendimiento funcional.
El metanálisis encontró efectos pequeños, pero significativos sobre el dolor y el rendimiento muscular sólo cuando el SWD provocó una sensación térmica local. Sin embargo, la variabilidad en los protocolos de tratamiento hace que sea difícil sacar conclusiones definitivas sobre los factores que determinan la efectividad del tratamiento SWD. Se necesitan más investigaciones (utilizando protocolos y medidas de resultados comparables) para evaluar los posibles efectos a largo plazo del tratamiento térmico SWD y su rentabilidad en pacientes con OAR.
Otra RS valora la eficacia de ultrasonido continuo (USC) y discontinuo (USDC) para el manejo de la OAR(2). Se incluyeron 12 ECAs, cuyos resultados demuestran que el USDC es más eficaz, tanto en el alivio del dolor como en la mejoría de la función en comparación con el grupo control; sin embargo, para el USC, sólo hay una diferencia significativa en el alivio del dolor en comparación con el grupo control. Además, independientemente de estos resultados, el USDC siempre mostró una mayor probabilidad de ser el modo preferido. Sin embargo, la evidencia de heterogeneidad y la limitación en el tamaño de la muestra de algunos estudios podría ser una amenaza potencial a la validez de los resultados. Se concluye que la USDC, con una mayor probabilidad de ser el modo preferido, es más eficaz en el alivio del dolor y la mejora de la función en comparación con el grupo control. Sin embargo, USC sólo podría ser considerado como un tratamiento de alivio del dolor en el manejo de la OAR. Los hallazgos también confirmaron que ninguno de estas intervenciones son peligrosas.
La tercera y más actual RS(6) evalúa la eficacia de la estimulación eléctrica (EE) para el alivio del dolor en la OAR. La EE es una modalidad de tratamiento no invasivo que involucra diversos estímulos administrados superficialmente con electrodos colocados en la piel. Existen diferentes formas de EE: estimulación de Corriente interferencial (ECI), Estimulación eléctrica neuromuscular (EENM), Neuroestimulación interactiva no invasiva (NEINI), Estimulación eléctrica pulsada (EEP), Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea de alta y baja frecuencia (H-TENS y L-TENS, respectivamente, por sus siglas en inglés), y grupo control. Se incluyeron estudios que contuvieran al menos dos de los tratamientos nombrados.
La ECI fue el único tratamiento significativamente efectivo en la OAR en cuanto a la intensidad del dolor y al cambio del puntaje de dolor en la última evaluación en comparación con el grupo control. Además, la CFI mostró la mayor probabilidad de ser la mejor opción entre los seis métodos de tratamiento en el alivio del dolor de la AOR. Estas estimaciones apenas cambiaron en el análisis de sensibilidad. Sin embargo, la evidencia de heterogeneidad y la limitación en el tamaño de la muestra de algunos estudios podría ser una amenaza potencial a la validez de los resultados. Aunque el nivel de recomendación de las otras terapias de EE es incierto (H-TENS) o no apropiado (L-TENS, EENM, EEP y NEINI) para el alivio del dolor, es probable que ninguna de las intervenciones sea peligrosa.
La actualización de una GPC de fisioterapia en osteoartritis de cadera y rodilla (OACR),(3) basada en la evidencia actual y las mejores prácticas. En total se seleccionaron 11 estudios. Se formularon 7 recomendaciones en cuanto al tratamiento: terapia de ejercicios (Supervisada), intervenciones de educación y autogestión, una combinación de ejercicios y terapia manual, terapia de ejercicios postoperatorios y encintado de la rótula. Con respecto a la balneoterapia y la hidroterapia en la OACR y la termoterapia, la TENS y el Movimiento Pasivo Continuo en OAR no fueron recomendadas ni desalentadas. La terapia de masaje, la ecografía, la electroterapia, el campo electromagnético, la terapia de láser de bajo nivel, la fisioterapia preoperatoria y la educación no se pueden recomendar. Esta actualización de la GPC de fisioterapia sobre OACR incluyó 11 recomendaciones sobre la evaluación inicial, el tratamiento y la evaluación.
El ECA valora la eficacia de la termoterapia local usando hojas de generación de calor y vapor y la terapia de ejercicios para la OAR.(5) Se asignaron al azar 18 mujeres de 50 a 69 años de edad, diagnosticadas con OAR en primera etapa en un grupo de tratamiento térmico local (grupo LH, 9 Sujetos) o un grupo de terapia de ejercicios (grupo EX, 9 sujetos). Ambos tratamientos durante 12 semanas. Para la evaluación clínica, se realizaron los test: “Japanese Knee Osteoarthritis Measure” (JKOM) y Timed Up and Go (TUG). También se efectuaron evaluaciones clínicas y de resonancia magnética (RM) T2 para para la imagen del cartílago y la evaluación cuantitativa, al inicio y al final de la intervención (0 semanas (Tiempo 0) y 12 semanas). La puntuación total de JKOM tuvo una disminución significativa en el grupo LH a las 12 semanas. Sin embargo, en el grupo EX las puntuaciones totales de JKOM en el Tiempo 0 y 12 semanas no fueron significativamente diferentes. El TUG, en el grupo EX, fue significativamente más corto a las 12 semanas, mientras que no mostró ningún cambio significativo en el grupo de LH a las 12 semanas, aunque los TUG de 7 de los 9 pacientes disminuyeron, mostrando alguna mejora. El valor T2 del grupo LH fue significativamente más corto a las 12 semanas. Sin embargo, el valor T2 en el grupo EX no mostró ningún cambio significativo a las 12 semanas. Se concluye que, después de un tratamiento térmico local usando hojas de generación de calor y vapor durante 12 semanas, observamos mejoras en los síntomas clínicos y en las habilidades para caminar. Además, se sugirieron efectos positivos sobre el metabolismo del cartílago.