La búsqueda en las bases de datos habituales no ha identificado guías de práctica clínica o sumarios de evidencia en los que se haga mención al manejo del paciente con enfermedad inflamatoria intestinal y tratamiento inmunosupresor que se somete a un procedimiento dental invasivo.
Tampoco se han localizado estudios (informes o series de casos) en los que se describan situaciones clínicas en los que en un paciente con esas características se realice un implante dental (u otra intervención dental invasiva).
Tan sólo comentar que en una guía de práctica clínica sobre la atención al “paciente dental” en tratamiento con anticoagulantes o fármacos antiplaquetarios(1) se incluyen azatioprina e infliximab entre los fármacos asociados con un incremento del riesgo de sangrado, lo cual se habría de tener en cuenta para adoptar las medidas hemostáticas apropiadas.
Por otro lado, en dos revisiones narrativas(2,3) sobre el tratamiento dental en pacientes trasplantados (pacientes en los cuales con frecuencia se utiliza azatioprina como tratamiento inmunosupresor) se recomienda dar profilaxis antibiótica cuando se someten a un procedimiento dental invasivo como la colocación de un implante.