Aunque son numerosos los estudios de experimentación animal, o los realizados in vitro, sobre el posible papel del condroitin sulfato en la aterogénesis; no hemos identificado ningún ensayo clínico aleatorizado, realizado en humanos, que evalúe la administración de suplementos de condroitín sulfato en la modificación de los factores de riesgo cardiovascular, o en la incidencia de eventos cardiovasculares.
Tan solo hemos encontrado un pequeño ensayo publicado en 1979(1) en el que a 48 ancianos con arteriosclerosis, ingresados en una residencia, se les administró durante 64 meses suplementos orales de isómeros de condroitín sulfato (4,5 gr/día). Los resultados se compararon con un grupo control, apareado por edad, que no recibieron el suplemento. De acuerdo con el resumen del artículo -sin que se aporten datos de significación estadística, ni de intervalos de confianza, ni de aleatorización- en el grupo de tratamiento con condroitín sulfato se redujo la mortalidad, el nivel de colesterol en sangre y se prolongó el tiempo en la formación de un trombo.