Los documentos seleccionados tras la búsqueda no indican el aislamiento total de los pacientes sometidos a pruebas diagnósticas con isótopos radioactivos, ya que para estas pruebas se suelen utilizar dosis pequeñas, aunque si recomiendan medidas de seguridad durante las primeras 24 horas como: limitar el tiempo de contacto (especialmente bebés y embarazadas); evitar el contacto con los fluidos corporales mediante los hábitos de prevención normales (uso de guantes); etc.
Una revisión narrativa(1) sobre la promoción de la seguridad de los pacientes, visitantes y personal cuando se utilizan radiaciones ionizantes, con respecto a las pruebas diagnósticas indica que, debido a que en estas se utilizan dosis pequeñas de isótopos radiactivos y de vida corta, al paciente sólo se le emiten bajos niveles de radiactividad durante unas horas. En general, solo son necesarias algunas precauciones durante las primeras 24 horas tras el proceso diagnóstico. Aunque no incluyen el aislamiento total del paciente, recomienda:
- Limitar el contacto cercano con bebés y mujeres embarazadas en hospital y comunidad.
- Separar artículos del paciente como ropa y pañales de incontinencia contaminados con fluidos corporales (orina y heces).
- Llevar a cabo las precauciones universales al manipular sangre y fluidos corporales, limitando la recolección de muestras durante las primeras 24 horas después de la prueba diagnóstica con isótopos radioactivos. Informar a los laboratorios de diagnóstico si las muestras requieren un procesamiento durante este tiempo.
- Prevenir y evitar las exposiciones innecesarias: pruebas redundantes, ordenar pruebas diagnósticas cuyos resultados no vayan a ayudar al diagnóstico/tratamiento del paciente, repetición de pruebas con demasiada frecuencia, realización inadecuada de las pruebas, etc.
Con respecto a la seguridad del personal del equipo de medicina nuclear, recomienda que un solo miembro se encargue de las pruebas diagnósticas que impliquen radiaciones ionizantes. Esta persona debe estar suficientemente capacitada/informada sobre las pruebas diagnósticas que se solicitan. El tiempo de restricción de permanencia en las proximidades de un paciente reducirá la cantidad de exposición a las radiaciones ionizantes.
La revisión concluye que la administración de radiaciones ionizantes con fines diagnósticos y terapéuticos requiere muchos cuidados, no sólo para proteger al paciente, sino también a los profesionales sanitarios que participan en el cuidado del paciente.
La protección contra la radiación implica:
- Asegurar que la exposición a la radiación ionizante se mantiene "tan baja como sea razonablemente práctico".
- Prevenir pérdidas de la fuente radiactiva.
- Prevenir la contaminación del medio ambiente, que incluye el área de los pacientes, así como factores tales como la eliminación segura de los residuos y lavado seguro de ropa contaminada.
Por otra parte señala que la dirección del hospital es responsable de la protección radiológica y debe llevar a cabo medidas como:
- Empleo de un asesor de protección de la radiación que asesorará en todos los aspectos de protección radiológica y de supervisores de protección radiológica en cada departamento, que serán responsables de asegurar el mantenimiento de las normas.
- Formación de comités de seguridad de radiación donde los usuarios, gestores y asesores pueden discutir todos los asuntos relacionados con la protección radiológica.
- Provisión de zonas controladas, zonas vigiladas y equipos tales como dosímetros y monitores ambientales.
- Elaboración de normas para cada zona controlada y supervisada, con información que permita al personal entrar en la habitación para trabajar con seguridad, así como los nombres de los que pueden trabajar en la zona. Elaboración de protocolos de trabajo que describan en detalle cómo deben llevarse a cabo los procedimientos. Asegurar que se adopta y proporciona capacitación para todo el personal involucrado en el uso de radiaciones ionizantes.
- Las enfermeras deben ser conscientes de los problemas de seguridad que rodean el uso diagnóstico y terapéutico de la radiación ionizante para que puedan trabajar con seguridad y confianza
Un protocolo(2) para la realización de gammagrafía ósea, tras el procedimiento no realiza ninguna recomendación sobre la necesidad de aislamiento total el paciente, sin embargo, considera importante llevar a cabo medidas de radioprotección para que haya una mínima exposición del personal, paciente y población general, mediante zonas de estancia controlada, dosimetrías de las tasas de exposición ambiental personales, pantallas de protección, etc.
En el momento de la inyección de los isótopos radioactivos recomienda mantener una serie de medidas: ponerse delantal plomado, introducir la dosis que se va a inyectar en jeringas con protectores blindados; reducir el tiempo de exposición con el radiofármaco; depositar los restos en recipientes plomados y posterior eliminación; verificar al finalizar las tareas la inexistencia de posible contaminación en ropa, zapatos o piel.
Un manual de enfermería(3) para las exploraciones en Medicina Nuclear, recomienda tres medidas de radioprotección posteriores al procedimiento: con respecto a dos de ellas (Blindaje y Distancia) indica que no son necesarias debido a las bajas dosis de isótopos radioactivos empleadas para los procedimientos diagnósticos. Por lo que ni es necesario ponerse el traje especial, ni aislar al paciente, y los cuidados de enfermería y de hostelería posteriores se deben realizar con normalidad. La única medida que recomienda es el Tiempo: evitar permanecer con el paciente mas tiempo del necesario y evitar el contacto con los fluidos corporales mediante los hábitos normales (uso de guantes y lavado de manos después del contacto con el paciente).
Un instrumento desarrollado(4) para facilitar la sistematización, registro y continuidad del cuidado en servicios de medicina nuclear, a través de la estandarización y codificación del lenguaje según taxonomía NANDA, NIC, NOC, indica que los protocolos de radioprotección pueden indicar medidas de aislamiento en los procedimientos terapéuticos. En este caso, podría formularse el diagnóstico NANDA "Riesgo de soledad": riesgo de experimentar una vaga disforia, actuando como factor de riesgo el aislamiento físico que requieren algunos procedimientos terapéuticos con isótopos radiactivos y la falta de contacto con personas o cosas percibidas como importantes o significativas. Pero, la utilización de este diagnóstico resulta dudosa pues el riesgo se debe exclusivamente a factores situacionales. Además, no se trata de falta de recursos o habilidades del paciente para la interacción social, sino de un aislamiento impuesto por motivos de protección radiológica.
Pero la enfermera, de manera autónoma, puede intervenir para tratar este problema si aparecen; de hecho, el NIC "Intervenciones de enfermería como manejo de la radioterapia", que se define como “ayudar a un paciente a comprender y minimizar los efectos secundarios de un tratamiento con radiación”, incluyen actividades como ofrecerle al paciente actividades recreativas. El proceder sin más al aislamiento del paciente es una intervención relacionada con un problema de colaboración.