Aunque se han localizado informes de casos de pacientes que han desarrollado un síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) tras la exposición a ciclosporina intravenosa (para la prevención del rechazo de un trasplante)(1-5), la ficha técnica del preparado de ciclosporina para perfusión intravenosa comercializado en España(6) no menciona, entre las posibles reacciones adversas, esta posibilidad. Tampoco se comenta en los sumarios de evidencia de Uptodate(7) o Dynamed(8) que revisan los efectos secundarios del fármaco. De igual forma, los sumarios de evidencia de Uptodate(9) o Dynamed(10) sobre el SDRA no incluyen a la ciclosporina entre los factores etiológicos (entre ellos farmacológicos) implicados en el SDRA. Además, un amplio estudio de cohortes(11) con pacientes que han recibido un trasplante renal no identifica una relación entre la ciclosporina y el SDRA.
Se han localizado dos informes de casos(1,2) publicados en la década de los 80 en los que se describe la aparición de un SDRA tras la administración intravenosa de ciclosporina en pacientes sometidos a un trasplante renal.
También de la década de los 80 es una serie de casos(3) de pacientes con trasplante de hígado (n = 21) en la que se describe que de los 12 pacientes tratados con la ciclosporina intravenosa (4 mg/ kg/día), 2 desarrollaron un SDRA dentro de los cinco días tras la intervención, lo cual no ocurrió en los pacientes que recibieron prednisolona (0,05-1,0 mg/kg/día) o azatioprina (1,0 mg/kg/día). El SDRA sólo se produjo cuando la ciclosporina se administró a través de una vena central, y por lo tanto, se sugiere, podría estar relacionado con las altas concentraciones de ciclosporina que alcanzan la circulación pulmonar y causan daño a las membranas vasculares.
Una serie de casos más reciente(4) revisa la etiología, prevención y manejo del SDRA después de un trasplante de hígado. Se revisaron retrospectivamente los datos clínicos de 104 pacientes con enfermedades hepáticas en fase terminal de hígado que habían sido sometidos a un trasplante de hígado. Diecisiete pacientes (16;3%, 17/104) fueron diagnosticados de SDRA tras el trasplante hepático y 4 de ellos lo desarrollaron cuando se administró ciclosporina intravenosa a los 3 días después de la operación (aunque se señala que uno de estos pacientes presentaba también otros factores favorecedores de SDRA). Los autores argumentan que la ciclosporina se relaciona con el SDRA debido a que produce retención fluidos en ausencia de fallo renal oligúrico, un fenómeno que se atribuye a un efecto antidiurético. Además añaden que la infusión de altas dosis de ciclosporina en vena central puede alcanzar los vasos pulmonares y producir cambios en la permeabilidad de la membrana basal por daño tóxico.
Se ha localizado además el informe de dos casos de niños(5) que tras recibir un trasplante de médula ósea por diferentes razones y ser tratados con ciclosporina, desarrollaron daño endotelial pulmonar y SDRA secundario. Este daño endotelial se relacionó a su vez con un aumento del riesgo de sufrir hipertensión arterial pulmonar.
Sin embargo, la búsqueda ha reportado también el análisis retrospectivo de una amplia muestra (N = 42190) de pacientes con trasplante renal(11), realizada con el objetivo de determinar la tasa de SDRA) después de un trasplante de riñón e identificar los factores de riesgo asociados con el desarrollo de esta patología tras el trasplante renal. Durante el periodo de estudio, entre los 42190 pacientes que recibieron un trasplante de riñón fue diagnosticado un SDRA en 86 de estos sujetos (0,2%). En el análisis univariado de la relación entre agentes inmunosupresores específicos y riesgo de SDRA el uso de ciclosporina no se correlacionó con la presencia de SDRA (entre los pacientes con SDRA [86] el 76,7% estaba tratado con ciclosporina y entre los pacientes sin SDRA [42104], el 74,7% estaba tratado con este fármaco; p = 0,213). Los autores destacan como llamativo el hecho de no identificar una relación entre ciertos agentes inmunosupresores (como ciclosporina) y el SDRA cuando están descritos en la literatura informes de casos que relacionan el SDRA con el uso, entre otros inmunosupresores, de la ciclosporina. Comentan que esta falta de asociación entre estos agentes y el SDRA sugiere que, por sí mismos, estos no conducen al SDRA sino que más bien, es probable que los SDRA en los casos descritos surgieran como resultado de factores únicos de los pacientes. Consideran, en cambio, que dado el creciente uso de estos agentes para una serie de condiciones, el hecho de no haber observado una asociación entre ellos y el SDRA subraya su relativa seguridad.