La revisión de los documentos seleccionados, no permite establecer conclusiones sobre la existencia de una posible relación causal entre la pérdida de cabello/alopecia y la utilización de anticoncepción hormonal de liberación vaginal (anillo vaginal).
Las guías de práctica clínica (GPC)(1,2) y sumarios de evidencia(3-5) que revisan la anticoncepción hormonal combinada (AHC) en general, o se centran de forma específica en la utilización de métodos de anticoncepción hormonal no oral(5), no mencionan la pérdida de cabello o la alopecia como un efecto adverso relevante asociado a la utilización de AHC o del anillo vaginal en particular.
La ficha técnica del fármaco que publica la Agencia española de medicamentos y productos sanitarios(6) incluye la alopecia entre los trastornos de la piel y del tejido subcutáneo que pueden aparecer como reacción adversa en usuarias del anillo vaginal. Se considera una reacción adversa poco frecuente ≥ 1/1.000 a < 1/100.
Sin embargo, la evaluación del fármaco que incluye Uptodate(7) menciona la pérdida de pelo del cuero cabelludo entre las reacciones adversas en las que la asociación no está confirmada ni desmentida.
Una pregunta clínica publicada por el servicio TRIPanswers en 2006(8), se planteaba la posible asociación entre la ACH vía oral y la alopecia en mujeres, y, haciendo referencia a una cuestión previa de la “Faculty of Family Practice and Reproductive Health Care”, contestaba que los niveles elevados de andrógenos, o una mayor sensibilidad a estos, pueden producir alteraciones del crecimiento del vello en las mujeres y que algunos formulaciones de AHC oral contienen derivados sintéticos de la progesterona con propiedades androgénicas. Estos preparados pueden aumentar artificialmente los niveles de testosterona de una mujer, incrementar la producción de dihidrotestosterona, y, en teoría, desencadenar la pérdida del cabello. Se aconseja en la pregunta que si se sospecha una relación entre la pérdida del cabello/alopecia y un progestágeno androgénico, el anticonceptivo debería ser suspendido, si no hay otra causa aparente, y que, como el comité de expertos no pudo encontrar evidencia para apoyar o refutar el uso de un AHC que contenga progestágenos con menor capacidad androgénica (por ejemplo, desogestrel o gestodeno) o un progestágeno antiandrogénico (como acetato de ciproterona), en estas circunstancias, las mujeres pueden optar por probar estos métodos, o utilizar un método no hormonal.
Respecto a la capacidad androgénica de etonogestrel, una GPC(9) que evalúa la utilidad no contraceptiva de la AHC, indica respecto al papel de las formas no orales en el manejo de síntomas asociados al hiperandrogenismo, que aquellos métodos anticonceptivos que omiten el primer paso metabólico en el hígado (el parche anticonceptivo y el anillo anticonceptivo vaginal) pueden tener un menor efecto sobre la globulina transportadora de hormonas sexuales y, en consecuencia, en la reducción de los niveles de andrógenos libres.
Por otra parte, un sumario de evidencia sobre el uso de la AHC en el tratamiento del hiperandrogenismo(10), comenta que el anillo vaginal anticonceptivo es otro posible agente terapéutico, aunque los datos sobre sus efectos en los andrógenos son limitados.
Por último comentar que la búsqueda en las bases de datos de estudios Medline y Embase y en buscadores genéricos como Google Académico no ha reportado estudios en los que describa la aparición de alopecia o la caída de cabello en mujeres que usan un anillo vaginal contraceptivo.
Se ha localizado el informe de un caso(11) de una mujer que, tras iniciar tratamiento anticonceptivo con un implante de etonogestrel (el mismo progestágeno que contiene el anillo vaginal), desarrolló un episodio de alopecia areata. La zona con alopecia se recuperó (con el crecimiento de nuevos cabellos) tras la retirada del implante y todas las pruebas clínica que se realizaron tras la aparición de la alopecia fueron normales. A pesar de estos datos, los autores del estudio se planteaban que, dado que etonogestrel tiene una menor afinidad por los receptores de andrógenos que otros progestágenos, podría postularse que es poco probable que afecte negativamente al crecimiento del cabello, y dudaban sobre si este caso de alopecia areata se debía directamente a la utilización del implante contraceptivo o era una condición que la paciente podría haber desarrollado de todos modos.