La búsqueda realizada tan solo ha localizado un ensayo clínico randomizado(1) que compare el empleo de injerto cutáneo o de colgajo para reconstrucción de la piel tras una intervención de melanoma. El ensayo comparó, en 40 pacientes intervenidos de melanoma, o de cáncer de piel no melanocítico localizado en el pabellón auricular, el resultado de realizar, con una distribución aleatoria, un injerto o un colgajo de piel. Seis pacientes del grupo de injerto presentaron un fracaso parcial de la reconstrucción. Los resultados globales clínicos fueron mejores en el grupo de colgajo y se concluye que, para esta localización, el colgajo debe ser considerada como la primera elección para la reconstrucción de defectos auriculares.
Una serie de pacientes retrospectiva (2 )explica los resultados de utilizar durante 4 años en 176 pacientes una técnica de colgajo cutáneo tras intervención de melanomas en miembros inferiores. Un 4,6% de los pacientes (n= 8) presentaron complicaciones, con solo una pérdida total y un caso de necrosis parcial. Tras la introducción de esta técnica los autores refieren que en su unidad el injerto de piel en pacientes intervenidos de melanoma en miembros inferiores es una opción que en el momento de publicar el estudio se empleaba únicamente en raras ocasiones.
Las guías de práctica clínica sobre tratamiento de melanoma revisadas(3-6) recomiendan, cuando es preciso por el tamaño de la escisión, el empleo de injerto o de colgajo cutáneo sin mostrar una preferencia sobre una de estas técnicas.