De acuerdo con revisiones sistemáticas recientes y con las guías de práctica clínica consultadas, la realización de ejercicio físico de forma regular en pacientes diagnosticados de insuficiencia renal crónica (IRC) ha demostrado una mejora de la calidad de vida, de la capacidad funcional y en determinados factores de riesgo cardiovascular; pero no está demostrado que modifique la progresión de la enfermedad renal, ni que reduzca la mortalidad.
En una revisión sistemática de la Cochrane, publicada en octubre del 2011(1), se incluyeron 45 ensayos clínicos con un total de 1.863 participantes diagnosticados de insuficiencia renal crónica(IRC) asignados al azar a un programa de ejercicio físico durante más de 8 semanas. Treinta y dos estudios presentaron datos adecuados para realizar un metanálisis. Los resultados muestran que el ejercicio realizado de forma regular:
- Aumentó de forma significativa la capacidad aeróbica y la capacidad para caminar.
- Mejoró la tensión arterial sistólica y diastólica y la frecuencia cardíaca.
- Mejoraron algunos parámetros nutricionales (albúmina, prealbúmina y consumo energético).
- Mejoró la calidad de vida relacionada con la salud.
- Para otras variables de resultado, como la progresión de la enfermedad renal, o la mortalidad, no hubo pruebas suficientes.
Otra revisión sistemática, publicada en el 2010(2), en pacientes en hemodiálisis, incluyó 16 ensayos clínicos con 640 pacientes. La revisión concluye que existen evidencias moderadas de que el ejercicio aeróbico, aislado o combinado con ejercicio de fuerza, mejora la capacidad de ejercicio, y de que el ejercicio de fuerza mejora la calidad de vida, la capacidad funcional del sujeto y la fuerza de los miembros inferiores.Futuros estudios deberán responder a la pregunta de qué tipo de ejercicio, aeróbico, resistido o combinado, es el más beneficioso para los pacientes en hemodiálisis.
En guías de práctica clínica de manejo del paciente con IRC (3,4,5) y en un sumario de evidencia(6) la revisión de la evidencia coincide con lo mostrado en el documento de la Cochrane (1) y se recomienda la realización de ejercicio físico de forma regular y adaptado a las situación clínica del paciente, siendo uno de los objetivos mantener el peso corporal en unos parámetros adecuados. La guía escocesa(4) señala que si el paciente sufre una reducción en su capacidad para realizar ejercicio que impacta en su vida cotidiana, debe tener acceso a un fisioterapeuta cualificado.