Las revisiones sistemáticas seleccionadas muestran que, cuando se realiza de forma habitual el cribado de violencia doméstica (VD) en mujeres gestantes, o en otros contextos sanitarios, hay un incremento de la tasa de detección, pero no hay evidencia clara de que se produzca una mejoría en resultados en salud. Basadas en recomendaciones de consenso, las guías de práctica clínica recomiendan realizar el cribado en gestantes, o ante presencia de signos o en situaciones de riesgo, y en pacientes atendidas en unidades de salud mental.
Una revisión sistemática publicada en el 2011 y que revisó el cribado de VD en el ámbito de servicios sanitarios, identificó los estudios realizados en 17 programas de cribado (1). El número de estudios fue insuficiente para poder establecer conclusiones sobre si el cribado en determinados centros asistenciales funciona, o no, con éxito. La revisión si que demostró que los programas con unas determinadas características (soporte institucional, componentes múltiples y conocimiento del contexto) consiguen mejores resultados.
Un informe de evaluacion de tecnologias sanitarias, realizado en el 2009, incluyó entre sus objetivos valorar si la evidencia actual permitiría seleccionar una serie de criterios para la aplicación de un programa nacional de cribado de VD en Reino Unido en el marco de los servicios sanitarios(2). El informe concluyó que ninguno de los estudios mostró si la detección precoz de VD es seguida de mejores resultados. En general se puede afirmar que, en el conjunto de intervenciones ofrecidas, hay todavía incertidumbre en relación a su efectividad. Afirma que la evidencia es insuficiente para iniciar un programa de cribado en Reino Unido, tanto a nivel universal de todos los servicios, como en marcos clínicos específicos.
Una revisión sistemática, publicada en el 2010, sobre el cribado de VD en mujeres gestantes(3) concluye, tras revisar los 13 estudios incluidos, que la identificación de VD fue significativamente más elevada cuando se emplea un programa estandarizado de cribado. Igualmente hay alguna evidencia de que las intervenciones sobre la mujer gestante reduce la cantidad de violencia experimentada por estas mujeres; pero la evidencia es muy limitada dado el pequeño número de estudios randomizados con un escaso número de participantes. Serían necesarios más estudios de investigación para poder establecer cuales son las intervenciones más efectivas en mujeres que están en riesgo de sufrir VD durante el embarazo.
Resumimos las recomendaciones encontradas en diversas guías de práctica clínica:
- El Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de Salud (PAPPS) de la semfyc, en la actualización del 2009(4), no establece una recomendación explícita del cribado de la VD, pero indica que "los profesionales de atención primaria deben estar alerta e investigar la presencia de factores de riesgo, y situaciones de mayor vulnerabilidad, e intervenir preventivamente en los mismos (prevención primaria); y deben ser capaces de detectar tempranamente el abuso identificando signos de alerta y señales o síntomas para los distintos tipos de violencia (prevención secundaria)". Estar embarazada lo incluyen entre los perfiles de riesgo de experimentar maltrato.
- La guía de la "Society of Obstetricians and Gynaecologists of Canada" (SOGC), indica que los profesionales sanitarios deben incluir preguntas sobre violencia de género en todas las primeras las visitas de una paciente, en la visita anual preventiva y en las visitas de cuidado prenatal y como respuesta a síntomas o condiciones asociadas con violencia de pareja(5).
- Una guía australiana dirigida a los médicos de familia(6), señala por consenso que los médicos de familia deben preguntar de forma rutinaria a todas las gestantes, adultas y a dolescentes, sobre violencia de género.
- La guía de cuidados prenatales de NICE publicada en 2008(7) incluye en la prevención de la VD, que todos los profesionales necesitan estar alerta a los síntomas o signos de VD y deben de ofrecer la oportunidad para revelar una posible situación de violencia en un ambiente en el que la mujer se sienta segura.
- La guía de actuación en salud mental del Servicio Murciano de Salud (8) recomienda preguntar sistemáticamente a todas las mujeres que consulten en servicios de salud mental para detectar precozmente la VD y mejorar la atención, evitando la revictimización, la cronificación y la yatrogenia (Grado de recomendación C. Consenso de expertos o de autoridades reconocidas).