La búsqueda no ha identificado ensayos clínicos controlados que evalúen la efectividad de los laxantes, de forma profiláctica, en pacientes a los que se les indica tratamiento con analgésicos opiáceos.
En una serie comparativa de 107 pacientes, diagnosticados de cáncer y en tratamiento con analgésicos opiáceos(1), la intervención dirigida a incrementar el empleo de laxantes de forma profiláctica redujo la tasa de estreñimiento del 36 al 9%.
Las guías de práctica clínica(2,3) y sumarios de evidencia(4,5) revisados, recomiendan que la la prescripción de opioides debe acompañarse de medidas preventivas para evitar el estreñimiento, incluyendo los laxantes [Recomendación tipo B(3)]. La guía inglesa de CKS(2) recomienda que, cuando se indica un analgésico opiáceo, para evitar el estreñimiento se prescriba un activador del peristaltismo intestinal (como bisacodil o sena) y un laxante lubricante o emoliente (como docusato).
El sumario de Uptodate(5), resume que en todos los pacientes a los que se les indique cualquier tipo de analgésico opiáceo y que presenten factores predisponentes (edad avanzada, inmovilidad, dieta restringida, neuropatía, hipercalcemia y empleo de otros fármacos astringentes) se debe considerar la terapia profiláctica con laxantes . Convencionalmente se emplea un ablandador de heces y un laxante de contacto (por ejemplo docusato 100 mg. dos veces al día y sena 2 tabletas al acostarse) o bien la administración diaria de un laxante osmótico (lactulosa 30 ml al día ó propilenglicol dos cucharadas al día).